Capítulo 10: el reencuentro

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Seis despertó de otro de sus agobiantes sueños, jadeando se levantó de la cama, notó por medio de una de las ventanas altas que la tarde estaba a punto de terminar -"Cuánto tiempo dormí?" - se dijo para sí misma, el recuerdo de aquel sangheili estrangulándola llegó a su mente de manera repentina, como si de nuevo lo estuviera viviéndolo; tocó su cuello, realmente sintió aquella mano de la criatura alrededor de su tráquea, la imagen de aquel Elite apareció en su cabeza, recordó que estaba en un enorme peligro, mientras ella siguiera ahí, corría riesgo enorme.

Instintivamente ella corrió hacia la puerta, trataría de huir

- ¡Espera! ¿Qué estás haciendo? ¿Piensas huir? Así, nada más ¿huir? - una voz en su cabeza la hizo parar ¿realmente pensaba escapar?, la spartan llevó su mirada al suelo ¿Qué estaba haciendo? ¿Desde cuándo ella salía tan cobardemente? ella se quedaba a dar batalla, ella jamás huía de una pelea, se quedaba y ganaba... y precisamente por eso, es que ahora aun seguía con vida en esa casa.

Por otra parte, aquel Sangheili estaba en su viejo dormitorio arreglando lo que alguna vez fue su morada en su juventud, observaba cada cosa, recordando cuanta aventura y suceso que vivió en aquella recamara, todo estaba como cuando él se fue, o eso quiso creer. Posó su vista, cerca de su enorme cama había un cuadro que colgaba en lo más alto, su mirada estaba seria, al ver a los 3 Sangheili no pudo evitar sonreír, uno de ellos era una fémina, cuyo vestido blanco la hacían lucir hermosa a la vista de cualquiera, los otros dos eran varones, uno de ellos: el más joven, casi un niño, quien estaba del lado izquierdo cuya ropa consistía en una especie de túnica, del mismo color al de su madre, y por último; el más grande, quien se encontraba atrás del más joven, cuya armadura blanca mostraba la grandeza que tenía aquella familia: su familia, sus manos estaban en el hombro de su esposa e hijo.

Una tristeza invadió el cuerpo de Thel, realmente aquel cuadro le traía recuerdos y anhelos, anécdotas; aventuras y desventuras pero sobre todo, le traía melancolía.

- si estuvieras aquí ¿Estarías orgulloso de mi?- dijo refiriéndose al Sangheili macho de aquella pintura.

Pronto él salió de la recamara, se dirigió al salón principal de la casa, la noticia de su llegada pronto recorrió casi todo el estado de Vadam, muchos generales, aristócratas, guerreros, sabios, junto con algunos comerciantes importantes comenzaron a visitar la morada del gran guerrero en el que se había formado. Después de todo él era dueño y heredero de una parte del majestuoso estado Vadam, que estaba en su máximo apogeo.

Al ir recorriendo millones de visualizaciones de él en su infancia, era como reviviera cada momento que pasó en su hogar.

- Thel - habló serenamente su madre quien estaba acompañada de otros 4 Sangheilis más, no se había dado cuenta en qué momento ya había llegado aquella parte de la casa.

- General Thel Vadam, es un gran honor verle de nuevo ¿Cómo son las noticias por allá?

Thel por un momento dudo en hablar, su madre estaba cerca, no es porque las hembras tuvieran prohibido escuchar cosas de la milicia, sino porque ella tenía a un humano resguardado.

- Los soles nos han favorecido, el objetivo fue cumplido

- ¿Cuál era el objetivo? - aquella pregunta heló a Thel, más cuando vino de la boca de su propia progenitora. Las cosas se pondrían tensas puesto que aquellos 4 Elites esperaban con ansias la respuesta, la pensó por un momento hasta que finalmente vino alguien en su ayuda.

- la cena está servida señora mía - Kamala había entrado en un buen momento para Thel, suspiró por un momento, se había salvado de otra discusión con su madre, ahora lo único que le quedaba es que ninguno de los 4 hablará sobre el humano en Sanghelios, ni mucho menos la cristalización de los mundos humanos.

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⏰ Última actualización: Feb 04 ⏰

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