Capítulo 2

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Alondra aún pensaba en la sensación que recorrió sus muñecas cuando vio a Rainelis por primera vez. Aún no entendía el por qué; jamás le había pasado algo similar, al menos ella no lo recordaba. Una sonrisa le iluminó el rostro cuando recordó la historia que su abuela solía contarle cuando era pequeña, ¿sería acaso eso una opción? ''𝘕𝘰 𝘈𝘭𝘰𝘯𝘥𝘳𝘢, 𝘦𝘴 𝘴𝘰𝘭𝘰 𝘶𝘯𝘢 𝘩𝘪𝘴𝘵𝘰𝘳𝘪𝘢 𝘵𝘰𝘯𝘵𝘢''—pensó. Jetziel la sacó de sus pensamientos al instante.

-¿Alondra? ¿Podrías hacerme un favor?

-Claro, qué ocurre? 

Jetziel dudó un poco lo que diría, finalmente lo dijo decidido.

-Le prometí a Alex comprarle un batido, pero me olvidé mi billetera en tu escritorio.  ¿Podrías prestarme dinero? Te lo devolveré tan pronto tenga mi billetera.

Alondra arqueó una ceja, aunque unos minutos antes su primo le había regalado algo, Jetziel no solía hacer obsequios o comprarle cosas a la gente. De hecho, Alondra estaba segura de que era el segundo obsequio que Jetziel le había hecho. Los batidos no eran especialmente caros, pero tampoco era lo más barato que podías conseguir.

-¿Estás intentando ligar con el nuevo, Jetziel?

Jetziel abrió los ojos bastante.

-¿¡Qué!?  ¡No! Sólo intento hacer nuevos amigos...

-Bueno, entonces supongo que no habrá problema si yo pago batidos para los cuatro.

-No, Alondra.—dijo entre dientes.

Alondra sonrió con malicia.

-¿Por qué no, Jetziel?

-Solo quiero tener un amigo que no tenga cara de un guimo, Alondra.

-Pero soy una gran prima.—dijo Alondra, llevando una mano a su pecho, haciéndose la dolida.

-Lo serías si me dieras el billete.

----Alondra dejó salir una risa y saco de su billetera un billete. Jetziel era un primo genial, tenía chicas y chicos detrás de él todo el tiempo y, sin embargo, jamás había salido con nadie. De vez en cuando le gustaba juguetear con las personas e ilusionarlas, pero sin llegar a más. Esa era una de las cosas sobre Jetziel que le hacían gracia a Alondra. De echo, Alondra recordaba a su primo aún más coqueto durante el jardín de niños y sus primeros años en la primaria, donde el menor pasaba su tiempo enviándole besos a los chicos y especialmente a las chicas.

El era el mayor y más rudo que Alondra, incluso cuando ambos tenían esa faceta. (que quizás no había aparecido desde que llegaran Rainelis y Alex). Aunque ambos tenían una relación brusca por sus formas de ser, sabían que no podían hacer nada sin el otro, por que prácticamente habían crecido juntos. Alondra dependía tanto de Jetziel como Jetziel dependía de ella.----

Vio a Alex tomar la mano de su primo para luego llevarlo a la tiendita que estaba en frente de ellos. Rainelis se quedó quieta delante del local, esperando que Alex regresara para estar con ella.

-¿Quieres algo, Rainelis? —preguntó Alondra, con ambas manos en sus bolsillos.

-No tengo mucho dinero para gastar los próximos quince días, así que no.—contestó, encogiéndose de hombros.

-No pregunté si tenías dinero.—dijo, buscando ver los ojos de la chica. Pregunté si querías algo, va por mi cuenta: tómalo como tu regalo de bienvenida.

La chica sonrió y la observó por unos segundos.

-¿Qué me recomiendas? 

-Las donas de chocolate son mis favoritas, han sido mi desayuno durante mi estancia aquí.—sonrió— Vamos, te compraré uno.

Scars | RailoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora