Scars | Railo

Capítulo 5

Antes de que Alondra pudiera salir de la habitación, Alex se apresuró a tomarla de la mano y estirarla adentro, la tiró sobre su cama y cerró la habitación con llave, lanzándolas lo más lejos posible.

-No vas a salir de aquí.— dijo firmemente. Jetziel retrocedió al ver lo enojado que estaba Alex. Alondra sintió su sangre hervir.

-¿Cuál es tu problema? — preguntó Alondra, casi gritando. Se levantó tan pronto pudo para confrontar a Alex. Jetziel se puso delante de Alex al instante.

-¿Te relajas o yo me encargo de hacerlo?— dijo Jetziel, empujándola hacia atrás levemente.— déjala hablar.

Alondra seguía de pie, apretando los puños esperando a que Alex dijera algo. Alex observó por unos segundo a Jetziel con miedo y preocupación a la vez, al instante los borró y se puso derecho, quitó a Jetziel de en medio y comenzó a hablar:

-Si te acercas ahora, ella se va a alejar más, aunque tenga que perder su futuro si es necesario. Rai es muy decidida y ella había decidido no encontrarte jamás. Tienes suerte de que de verdad estaban destinadas a verse, de otra manera, muy probablemente seguirías sin sentir nada. Ahora, ¿Quieres a Rai, o no? 

Alondra observó con algo de dolor a Alex, ¿por qué Rainelis no quería conocerla? ¿era esa la razón por la que apenas podía verla? Finalmente se puso a pensar en lo que Alex le había preguntado. Observó las fotos que Rainelis tenía en su escritorio, aquella gran sonrisa que había visto en el jardín  de niños y el día anterior. ''𝘗𝘰𝘳 𝘦𝘴𝘢 𝘴𝘰𝘯𝘳𝘪𝘴𝘢 𝘷𝘢𝘭𝘥𝘳í𝘢 𝘭𝘢 𝘱𝘦𝘯𝘢 𝘶𝘯 𝘮𝘪𝘭𝘭ó𝘯 𝘥𝘦 𝘢ñ𝘰𝘴 𝘦𝘯 𝘱𝘳𝘪𝘴𝘪ó𝘯'' Pensó. Decidida, contestó: 

-Sí, la quiero.

                                                                                         𝖃𝖃

Rainelis y Carmen habían pasado demasiado tiempo hablando sobre los libros que tenían apilados sobre la mesa. Ambas chicas habían conectado tan bien que no estaban siendo conscientes de la cantidad de tiempo que habían pasado en la biblioteca, hasta que un guardia tuvo que pedirles que salieran.

-Mierda...—Habló Rainelis al ver la hora. Había acordado verse hace una hora y media con Alex.

-¿Pasa algo, Rai?— preguntó Carmen.

-Le prometí a mi hermano verlo para salir hace una hora y media...— dijo avergonzada. Desbloqueó su celular, viendo las doce llamadas perdidas de su celular y un mensaje. ''𝘐𝘯𝘵𝘦𝘯𝘵é 𝘭𝘭𝘢𝘮𝘢𝘳𝘵𝘦, 𝘱𝘦𝘳𝘰 𝘫𝘢𝘮á𝘴 𝘳𝘦𝘴𝘱𝘰𝘯𝘥𝘪𝘴𝘵𝘦, 𝘢𝘩𝘰𝘳𝘢 𝘮𝘦 𝘴𝘪𝘦𝘯𝘵𝘰 𝘢𝘭𝘨𝘰 𝘮𝘢𝘭 𝘺 𝘺𝘢 𝘦𝘴 𝘵𝘢𝘳𝘥𝘦, 𝘮𝘦𝘫𝘰𝘳 𝘴𝘢𝘭𝘪𝘮𝘰𝘴 𝘰𝘵𝘳𝘰 𝘥í𝘢.'' Carmen le había ofrecido quedarse en su habitación, ya que estaba más cerca de la biblioteca, Rainelis accedió. Después de todo, si Alex iba a estar enojado con ella, al menos tenía que valer la pena el día entero.

La habitación de la chica estaba en el primer piso del edificio, justo al lado de la biblioteca, lo que hacía todo más fácil. Este edificio era para familiares de los empleados que se encontraban en la institución, había pequeños beneficios como que las habitaciones eran el doble de grandes y no tenían que compartir baño con la habitación de al lado. Aunque la habitación tenía dos camas, había una completamente vacía.

-¿No tienes compañera? — preguntó Rainelis.

-Aún no se nada de ella. Mañana comienzan las clases y sólo sé que es una chica.