—Este recién llegó a la ciudad desde que Avril Lavigne lo sacó —ofrecía el castaño. —Love Sux es de los que más se han vendido.
Otro día exitoso de trabajo... Bueno, primero de trabajo oficial.
En lo que llevaba del día, había logrado vender más de diez discos a los clientes que se acercaban a la tienda.
Heeseung se sentía orgulloso del chico, de verdad tenía todas las de ser un excelente vendedor. Se había ganado la lotería.
Aunque más allá de todo eso, notaba lo que el menor era, nada más que un chico amable, un poco tímido, pero con un corazón puro y dispuesto a ayudar.
La hora de cerrar ya se acercaba, y con ello, el último cliente, quien se había llevado Love Sux y Beauty In Death (Deluxe Edition).
—Creo que contratarte ha sido de las mejores decisiones que he tomado —su jefe se acercó a cerrar la caja, después de haberlo hecho con la puerta. —La llave que te dí ayer es tuya, por cierto.
—Oh, gracias —sonrió. —Por cierto, ¿Cuánto tardará en llegar mi gafete?
—Pues, mañana ya debe estar aquí —se cruzó de brazos. —¿Por qué?
—Es que, aquí dice Yunghoon —señaló el que tenía en su pecho. —En vez de Sunghoon.
—Oooh, bueno, pasa que se lo dí a Beomgyu para que lo hiciera, porque tiene letra más bonita que la mía —sonrió con algo de vergüenza, rascando su nuca. —Y el nombre se lo grité mientras yo estaba atrás, pero, es temporal, lo más seguro es que mañana tu gafete ya esté aquí, y con todo bien escrito.
—Ah —rió suave. —Tranquilo, hyung, de todos modos los clientes se fijan poco en el nombre.
—Discúlpame por eso —hizo una mueca. —Hey, um, ¿Le contaste a Jake que te dí el trabajo?
El chico sonrió, yendo a la caja para comenzar a contar el dinero del día y cerrar. —Sí, estaba feliz por mí, de hecho hizo la cena para ambos, y también me pidió que te agradeciera, pero lo olvidé...
Y a eso le llegó el recuerdo que el mismo andaba distante con él, hasta ayer, que cuando llegó le recibió con los brazos abiertos, y un sonrisa.
Había extrañado eso.
Heeseung chasqueó la lengua. —Para mi que le gustas.
El otro solo lo miró, dándole su mirada de "para nada".
Pobre iluso.
—¿Qué? —elevó los hombros. —Yo solo digo lo que veo, y veo que le gustas, pero no se atreve a decírtelo.
—No inventes, hyung —se hizo a un lado para que el otro le supervisara. —Supongo que es amable conmigo, es todo.
El mayor levantó la vista, notando que el Rey de Roma estaba afuera de la tienda, con el celular en la mano. —Claro, tan amable que viene a traerte al trabajo.
El chico levantó la vista, y no pudo evitar sonreír por la acción de Jake.
—Ustedes dos se gustan —susurró notando aquellas miradas cuando ambos orbes se encontraron, y se sonrieron, entonces rodó sus ojos. —Ay, el amor.
—¿Me hablabas? —desvió su atención a su jefe.
—Sí, que ya puedes irte —lo apartó de la caja registradora, negando. —Te veré mañana, Park.
—¿Qué? Pero-
—No te preocupes por mí, anda —le guiñó un ojo. —Él está esperándote.
Sin más, el menor le sonrió e hizo una reverencia, para salir de su área de trabajo, tomar el cardigan que llevaba con él (y que él mismo se tejió) y entonces retirarse del local.
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── 𝖺 𝖼𝗁𝗋𝗂𝗌𝗍𝗆𝖺𝗌 𝗀𝗂𝖿𝗍 ୨୧ 𝗷𝗮𝗸𝗲𝗵𝗼𝗼𝗻
Fanfiction𝗷𝗮𝗸𝗲𝗵𝗼𝗼𝗻 ౨ৎ 𝖠 𝗉𝖾𝗌𝖺𝗋 𝖽𝖾 𝗊𝗎𝖾 𝗌𝗂𝖾𝗆𝗉𝗋𝖾 𝖽𝗂𝗃𝗈 𝗊𝗎𝖾 𝗇𝗈 𝗅𝖾 𝗀𝗎𝗌𝗍𝖺𝖻𝖺 𝗅𝖺 𝗇𝖺𝗏𝗂𝖽𝖺𝖽, 𝖾𝗅 𝗋𝖾𝗀𝖺𝗅𝗈 𝗊𝗎𝖾 𝗋𝖾𝖼𝗂𝖻𝗂𝗈́ 𝖿𝗎𝖾 𝗅𝗈 𝗊𝗎𝖾 𝖼𝖺𝗆𝖻𝗂𝗈́ 𝗌𝗎 𝖿𝗈𝗋𝗆𝖺 𝖽𝖾 𝗉𝖾𝗇𝗌𝖺𝗋. ─ ¿Park Sunghoo...