veintiséis

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- Quédate quieta po, weona- me pidió la Alme con exasperación-, que así no puedo trabajar.

bufé e intenté quedarme lo más quieta posible para que mi mejor amiga pudiera terminar de delinearme los labios-. Es que estoy nerviosa po- me excusé.

- Nos va a salir bien- intentó tranquilizarme mientras me ponía labial. Dio un paso atrás para ver el resultado final, me pasó el dedo por debajo de mi labio inferior para limpiar los restos de labial y sonrió-. Te vei preciosa, y hemos ensayado tantas veces que se podría considerarse explotación infantil- se rio-. Teni que estar tranquila nomás.

mientras la Alme guardaba su maquillaje en su mochila, me acerqué al espejo de cuerpo completo que habíamos puesto en la sala pa arreglarnos. A pesar de los nervios, me sentía linda, me había hecho la raya del pelo a un costado y me había puesto una flor en el pelo, igual que todas mis compañeras. Nunca me había acomplejado mucho por mi cuerpo, pero el traje, compuesto de un sostén cubierto de plumas y una falda hecha del mismo material me hacía sentir más expuesta de lo que me gustaría estar delante de todo el colegio.

un golpe a la puerta precedió la voz de la profe de educación física-. Niñas, hay una emergencia- avisó mientras entraba a la sala, todas la miramos atentamente-. Los niños del kinder tuvieron un problema con las vestimenta, así que nos van a cambiar el lugar en el acto. Les toca salir después del break, y ellos saldrán últimos, como les tocaba originalmente a ustedes. Terminen de vestirse para que entren a cambiarse sus compañeros, porfi- nos pidió antes de salir. 

miré a la Alme negando con la cabeza.

- No estoy emocionalmente prepará, Alme- le dije-. Que fuéramos el último curso en bailar me daba esperanzas porque para ese punto ya mucha gente se habría ido, pero si salimos a la mitad del acto igual va a haber harta gente po- balbuceé. 

- Chachalita, salgamos a tomar aire mejor- me tomó con cuidado del brazo y salimos de la sala.

- Almendra, me duele la guata- empecé a quejarme, porque las regias procesamos con la guata todas nuestras emociones-. Creo que voy a vomitar. 

Una vez afuera, intenté respirar hondo repetidas veces para calmar la ansiedad que crecía en mi interior. Quizás le estaba dando mucho color, si era un simple baile de fiestas patrias del que nadie se iba a acordar en un mes más, pero como persona ansiosa y que sentía vergüenza por todo, esto era pan de cada día pa mi antes de cada acto o disertación.

- Menos mal- escuché la voz de la Alme, miré hacia donde ella estaba mirando y distinguí la silueta del Lucas acercándose a nosotras-. Es tu turno de calmarla, yo no pude hacer nada- le dijo cuando estaba frente a nosotros, antes de alejarse.

- Hola- forcé una sonrisa mientras miraba al Lucas.

- Hola- me sonrió de vuelta y pasó su vista por todo mi cuerpo, poniéndome más nerviosa que la chucha.

- Yapo, que me poni nerviosa- me quejé.

- ¿Te acordai que te dije que te quería de la forma más inocente posible?- preguntó, yo asentí frunciendo el ceño-. Bueno, ahora que te veo así lo que estoy pensando no es muy inocente, con todo respeto- confesó mientras se ponía rojo.

- Los nervios que estoy sintiendo ahora me tienen muy bloqueá como para elaborar una respuesta coherente a eso, pero supongo que me siento halagada.

se rio-. ¿Por qué estai tan nerviosa? 

- Nos cambiaron de lugar a último momento. Vamos a salir después del break y no últimos.

- Ya, pero durante el break podi ir a comprarnos algo en nuestro stand pa que te de energía- intentó subirme el ánimo.

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