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Trabajar en un bar de lujo, donde especialmente van actores, cantantes y demás famosos podría ser el sueño de cualquiera, pero una realidad para mí.

Un obstáculo fue mi acento, ya que yo soy italiana y cada día me esfuerzo en mejorar mi español, mi jefa es un poco estricta, claro, pero con un buen humor siempre.

Yo canto en ese bar, de lunes a viernes, y de sábado a domingo estoy en la barra. Mis turnos son de 20:00p.m a 6:30 a.m., y cobro 5 mil euros, lo que me alcanza para vivir, hasta me sobra.

Todo el tiempo que tengo lo uso para aprenderme canciones y cantarlas en el bar. Así que no descanso, pero estoy sana, sin embargo, una o dos horitas de sueño jamás me vienen nada mal.

Yo soy muy energética, siempre la descargo toda en el escenario y la barra, con una sonrisa de oreja a oreja feliz por mi trabajo.

Yo estaba en el camerino, mientras una chica llamada Donna me maquillaba y hablaba sobre sus mascotas.

Yo le presto especial atención a sus palabras, la verdad es que me emociona cuando alguien habla de sus mascotas, lo que me recuerda a mis gatos y mi conejo.

Donna finalizó por planchar mi cabello y le agradecí para luego irse para que yo me ponga mi vestuario.

Es un vestido amarillo hasta las rodillas con unos tacones rojos que hace que combinen. Ese vestido es tan hermoso, que creo que me enamoré.

Me lo puse con cuidado de que no se manche de maquillaje o me despeinara.

Al estar lista suspiro, y emocionada me posiciono detrás del telón rojo de terciopelo que tapaba detrás del escenario.

—¿Lista, Greta? —me pregunta mi jefa.

—Nací lista, Alba. — le doy mi mejor sonrisa y me la devuelve para correr los telones para luego darme paso para salir.

Caminé lentamente al micrófono, un poquito nerviosa para saber quiénes eran los que estarían hoy, pero los nervios jamás me van a detener y así sonreir mostrando mis dientes.

—Buenas noches, hermoso público! Bienvenidos sean todos, ¿que les parece comenzar con una canción animada para alegrar el ambiente? —sonreí, mientras el público afirmaba mi pregunta.

La música comenzó a sonar y yo aclaré mi garganta.

Sugar town - Nancy Sinatra.

I got some troubles, but they won't last
I'm gonna lay right down here in the grass
And pretty soon all my troubles will pass
'Cause I'm in shoo-shoo-shoo, shoo-shoo-shoo
Shoo-shoo, shoo-shoo, shoo-shoo Sugar Town~~~

Juan's perspective.

Después de las escenas que grabamos todo el día, Blas nos dijo que había un bar re lindo para ir, así nos desestresamos y descansamos de tantas cámaras.

Bajamos del auto Enzo, Mati, Blas, Fran, los demás y yo.

El guardia que estaba ahí, un pelado cabeza de rodilla que le brillaba la cabeza por la luz, nos pidió identificación así que tuvimos que pasar uno por uno con el documento, una cagada la verdad.

Había llegado mi momento de pasar, porque yo fui el último, hijos de puta seguro ni me esperaron.

Le dí mi identificación al pelado y me dejó entrar, no sé por qué dudó tanto pero me dejó pasar.

DIE BAR - Juan Caruso. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora