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Narrador omnisciente.

—¿A qué hora termina tu turno? —se atreve a preguntar el de rizos.

—Generalmente termina 6:30 de la madrugada, pero tal vez hoy termino 3:15, me dijo mi jefa. — le respondió la de pelo lacio.

—Uf, falta una hora... ¿querés salir a la plaza después de tu turno? Si querés obvio. — la mira.

—Emmm... bueno, ¿tú me esperaras? — le preguntó la muchacha mirándolo a los ojos.

—Si, no hay drama. — la chica sonríe ante la respuesta el chico.

Mientras la chica hablaba con el chico sobre el trabajo, empezaron a llegar los amigos del chico.

—¿Ya estás chamuyando Juani? — cuestiona Fran, poniendo su brazo en sus hombros. Juani reacciona pegándole.

—¿Que se les ofrece para tomar? Allí está el menú. — señaló la chica.

—Yo quiero un mojito con mucho limón porfa. — dice uno de bowlcut.

La muchacha anotó cada pedido de cada uno de los actores.

Comenzó a prepararlos con una rapidez inhumana, pasandoles las bebidas a cada uno recordando obviamente sus apariencias y pedidos ya que no sabía sus nombres.

—Gior, te presento a Mati. — señaló al de bowlcut. — Fran, Blas, Esteban, Enzo.. — señaló a cada uno, Gior intentaba recordar cada nombre memorizandolos.

—Un gusto, soy Giorgiana Eleonora Di Angelis, soy de Italia. — estrecha la mano con cada uno y una sonrisa de oreja a oreja.

Gior se quedó preparando las bebidas para cada chico mientras charlaban, reían y bromeaban. La chica se sentía más feliz que nunca, lloraba de risa con cada broma de los chicos, cómo peleaban.

—Y, y, y, y JAJAJAJJAJAJAJAJAJA, el Matías y la Malena son JAJAJJAJA, KEN Y LA ABUELA DE BARBIE JAJAJAJAJAJAJAJA. — Matías reacciona ante la broma de Blas y le pega en la nuca, mientras todos reían hasta la chica que no sabía quién era Malena pero podría obviamente suponer que es su novia.

Había pasado una hora, hora en la cual termina el turno de Gior, le avisó a Juani que iría al camerino a cambiarse y buscar sus cosas.

Entró rápido, se sacó su ropa y la puso en una perchera, poniéndose su ropa.

Un pantalón de peluche de hello kitty (bueno en realidad es cómo un pijama), una remera térmica negra con una campera encima y botas de peluche.

Afuera hacía frío, pero en el bar era descomunal el calor que hacía.

Entonces la chica se despidió de sus compañeros, los otros chicos que se quedarían allí tomando y enfiestados, de su jefa y después se fue con Juani.

— Que bueno que me tocó salir temprano, iba a colapsar si me quedaba hasta las seis. —suspiró la muchacha.

—Mmm, debe ser duro tantas horas de trabajo, ¿al menos ganas algo? —

—Sí más vale, son 5 mil dólares al mes. — informa con total normalidad.

—¿¡Eh?! Eso es una banda, sos cómo millonaria amiga. —

—Sí, pero digamos que me gusta mucho gastar, aunque ahora estoy ahorrando para una casa y darle algo a mis padres. — suspira con una sonrisa. — Amo mi trabajo, amo cantar, además son super buenos allí conmigo.

—Mmm, se nota. ¿Siempre sonreís? — le cuestiona mirándola.

—No hay momento en que no sonría Juan. Aunque a veces siempre me dan bajones cuando veo alguna película triste obvio, pero no, la verdad es que para ser feliz siempre nos tienen que pasar cosas malas, por eso no les doy importancia a las cosas malas, ya que es parte de nuestra vida. —

DIE BAR - Juan Caruso. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora