DIE BAR - Juan Caruso.

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Entro a la cuenta de Juanicar, solo para ver que sube.
También un poquito para ver sus fotos.

Se que no está bien stalkear pero es que tengo curiosidad. Entro a ver sus historias y me encuentro con un vídeo mío cantando Party in the U.S.A en su auto, ¿dicen que cuando lo veo lo mate? No es lo peor, lo peor es que me etiquetó, ahora estoy viendo venir lo peor, lo que más temía. Pero no lo culpo a él, lo que me pase no es responsabilidad suya, es la mía.

Apagué el teléfono y me levanté para buscar mi bolso y llaves. Cierro la puerta y bajo con el ascensor, corro hacia mi bicicleta y pedaleo rápido, estaba por desatarse una tormenta y una eléctrica, por lo tanto debo apurar el pedaleo.

Feel good Inc. | Gorillaz.

Feel good Inc comenzó a sonar por los parlantes del bar, haciéndome sonreír recordando a mi hermana, ama a Gorillaz.

-¡Giorgiana! -mi jefa me abrazó. - Pensé que no vendrías, tenemos muchos invitados hoy, ¿Estás bien?

-Sí Alba no te preocupes, yo estoy vivita y coleando de felicidad. -

(AJJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA)

Subí a mi camerino donde había una peluquera y una maquilladora.
Ellas sólo hicieron su trabajo y literalmente me dejaron deslumbrante, y les agradecí. Corrí a cambiarme, y en un maniquí había un hermosísimo vestido azul eléctrico con mangas largas, y con cuidado me lo puse. Es perfecto.

Y una vez lista, arreglada, vestida y bien peinada me preparé para mí último día.

Era lo mismo de siempre, mi jefa me había explicado que son actores pero no cualquieras, actores italianos. Y sí, yo conozco los actores de mi país y se puede decir que son bastante finos en cuanto a música, entonces decidí cantar algunas que ya me sabía desde entonces.
Por mi cabeza pasó Juliet y su canción favorita.

3:40.

Finalizo con una hermosa canción, que todo el mundo conoce.

Será perché ti amo.

Yo como de costumbre salgo del escenario para correr a mi camerino, y cambiar de mi ropa. Doy un largo suspiro quitándome el maquillaje, desatando mi trenza larga y observando mi largo cabello.
Hace años que no lo corto, y es que todavía no sucede lo que más temo. La muerte de Juliet.

Cuando falleció mi abuelo, estuve muy devastada, pero de alguna manera tendría que superarlo, así que corté mi cabello.

Cuando me enteré del cáncer de mi hermana, me rapé y doné mi cabello.
Me pongo un jogging gris, una remera ancha de rayas rojas y amarillas y un buzo verde.

Entonces, preparada para ir, me doy cuenta que sigue lloviendo, y me tocará ir caminando. Pero no tengo problema, al contrario, amo tanto la lluvia que estaría toda la noche aquí. Haciendo que sus gotas que cayeran sobre mí sean todas mis preocupaciones y se fueran por la calle.

Solo camino con la bici a mi lado, no pedaleo ya que podría tener un accidente.
Un auto lujoso pasa de repente, mojandome, y para en el momento.

Una voz reconocida se escuchó al bajar la ventanilla del auto.

—Ehh! ¡Subite tarada!

Era mi salvación, pero había un problema.

—¡pero mojaré tu auto, déjame llegar a casa en bici, porfavor!

—¡No estúpida el auto se seca, vos te podes enfermar dale subí!

—¿Y que hago con la bici?

—Tranca, dejala acá en el bar y mañana la venimos a buscar.

Camino hacia el bar, dejando la bicicleta ahí estacionada, para después subirme a la camioneta de Juani.

—Gracias, Juani. —

—De nada, si no hubiera sido por mí te hubiera partido un rayo a la mitad, estúpida. —

In a world of boys he's a gentleman...

—Que caballeroso. —

—Gracias, ese era mi apodo en la escuela, el gran caballeroso Juan Ignacio Caruso. —

—A mí me decían la chica anal. — hablé con una sonrisa.

Juani soltó una risa pero después la disimuló en un carraspeo.

—Era... estricta y organizada... — termino de decir aguantando mi risa.

—Sii, si...—

—¿Querés que nos vayamos de joda? — me propone.

—No s- sí. Vamos, quiero emborracharme una última vez. —

Ambos nos miramos con una sonrisa y Juani dobló, y manejó hasta una disco cerca.
Bajamos corriendo del auto para entrar a la disco.

—¿Dónde está la barra?— pregunto.

—Vení, seguime. — me tomó de la mano y me llevó lejos de la puerta principal.

Habíamos llegado a una barra enorme, siendo atendida por varios bartenders. Yo creo que son más que los que tenemos en Sugar Town.

Me siento en un lugar y Juani me acompaña, pidiendo un vodka de Raspberry.

—Un ron, quiero ron. —

No sabía lo que hacía, pero me veía bien haciéndolo. Y eso era tomar.

Pedí un shot, pero uno solo se volvieron varios. Y así, no sabía cuántos shots iba, pero estaba perdiendo la consciencia. Juani solo tomó un poco ya que tenía que manejar obvio, pero yo ya estaba muy borracha después de muchísimos shots de ron.

—¿Querés ir a bailar? — me cuestiona gritando, ya que la música del lugar era bastante alta. Y es obvio siendo una discoteca, qué cosas digo....