La federación Galáctica, alianza galáctica, la república.
Muchos nombres pero al final siempre era lo mismo.
Si no te enmarcabas en su lógica de lo que es civilizado, entonces no tenías ningún tipo de derecho.
Así muchas especies fueron esclavizadas o llevadas al exterminio, sin importar su cultura, fueran belisistas o pacifistas, si no habías llegado a las estrellas por tu propia cuenta, entonces eras inferior.
No éramos distintos, durante generaciones fuimos una especie enfocada en cuidar la vida y respetar la paz, claro que tuvimos nuestros conflictos, claro que sangramos y luchamos, pero la paz y la buena voluntad triunfaron, creímos que ese era el lenguaje del universo, nos equivocamos.
Llegaron con sus grandes barcos y desendieron para someternos, intentamos luchar pero nuestras mejores armas eran nuestras propias herramientas, nuestras mejores estrategias eran nuestras maniobras de cacería, nuestra mayor organización... Era la familia.
Fuimos sometidos, esclavizados y vendidos, conocimos las estrellas junto con el ruido de las cadenas, mi raza era poseedora de una belleza cautivadora y por ello nos vendían como esclavos de entretención para distintas razas, algunos disfrutaban de nuestros gritos, otros preferían torturarnos de formas más íntimas, algunos, los menos, nos valoraban por nuestro intelecto y aunque nos trataban mejor, no dudaban en recordarnos que éramos esclavos.
En general la federación estaba controlada por una especie canina, en menor proporción estaban los cíclopes y algunas otras especies de aves y moluscos, en total eran 243 especies que formaban la federación, pero habíamos muchos más que no éramos reconocidos, entre ese grupo estaban los humanos.
Cuando los barcos humanos llegaron a nuestro mundo llegaron escupiendo fuego y calamidad sobre la federación, el pueblo humano que se propuso liberarnos eran los Mexicas, un pueblo altamente guerrero, sus soldados portaban gruesas armaduras con diseños felinos, adornados con coloridas plumas, sus barcos, alargados eran adornados como serpientes emplumadas.
No preguntaron, no dieron advertencia, no mostraron piedad, sus barcos lanzaron fuego contra los barcos de la federación y cuando el enfrentamiento se extendió a la tierra los soldados mexicas lucharon con una ferocidad extraída de las pesadilla, cuando finalizaron, sacrificaron a los prisioneros rompiendo sus pechos y arrancando les los corazones.
Creímos que serían nuestro nuevos amos, unos aún más crueles y violentos, pero en su lugar solo nos dejaron libres, tomaron recursos y dejaron un asentamiento, pero no conquistaron los pueblos ni reclamaron los barcos y armas de la federación, tímidamente comenzamos a acercarnos a nuestros libertadores al mismo tiempo que reclamavamos la tecnología de la federación, cuando tuvimos el primer contacto oficial con los mexicas pudimos ver qué bajo sus armaduras eran una especie de primate lampiño.
Para nuestra sorpresa se mostraron amigables, habían llegado con la intención de quedarse, era cierto, pero a diferencia de la federación los Mexicas nos dejaban vivir y algunos incluso compartían información y recursos con nosotros, supimos entonces que ellos venían de la Tierra, un mundo lejano que se había resistido a la conquista, nos dijeron que los distintos pueblos de la tierra habían pactado trabajar en conjunto para combatir a la federación y explorar y colonizar las estrellas, los planetas serían de quienes los encontrarán pero tenían una unica regla "ser mejores" si se encontraban con otros seres sintientes debían demostrar que eran mejores.
Los primates no ocultaban sus deseos belicosos, pero también mostraban un inmenso respeto por la vida, siempre creímos que el universo era blanco o negro, que existía la bondad y la maldad y que las personas debían escoger ser uno o lo otro, pero los humanos reconocían esa dualidad como parte de lo mismo, no negaban su propio egoísmo pero no estaban dispuestos a seder a la inmoralidad del genocidio, nos dijeron que habían perdido a mucha gente antes de entender que buscar tu bienestar no significa someter a otros y atraídos por su forma de pensar nos unimos más y más a ellos, no solo a los Mexicas, sino a toda la alianza Terrana.
La gran cruzada Terrana se expandía en todas las direcciones, sus pueblos, diversos y coloridos, se expandían con fuerza por la galaxia y nos apresuramos a seguirles el ritmo.
Aprendimos a luchar como ellos y ellos nos dieron la bienvenida y a otros también.
Junto a los humanos viajamos por las estrellas, siempre celebramos sus victorias, sus enormes barcos despedazaban con furia justa los alguna vez invencibles barcos de la federación.
Pero no todos los humanos buscaban la justicia, algunos se lanzaron a las estrellas por pura venganza, la gran horda del Khan era un flota Terrana que cruzaba las estrellas buscando la desolación y el exterminio de toda vida que no se sometiera a ellos, al parecer eran descendientes de guerreros que conquistaron gran parte del mundo terrano, eran tan odiados y temidos tanto por los propios Terranos como por la federación ¿Pero que podía hacer una sola flota contra 243 especies unidas?
Fue 100 años después de que los humanos llegarán a las estrellas, en una batalla devastadora dónde los caballeros de la cruz de Santiago, los guerreros de Inti y los samurais imperiales de Kyoto tenían finalmente acorralada a una de las últimas flotas de la federación en un mundo fortificado.
En esa epoca la alianza Terrana había aceptado a varias otras especies y estaban a punto de finalizar su larga y deagastadoea guerra, todos esperaban la gran victoria de los humanos, pero en lugar de eso la gran horda del Khan llegó a la batalla... Y desataron una lluvia de fuego y destrucción sobre los federales y los propios humanos.
Los hijos del Khan habían estado planeado recuperar su poder y volver a gobernar sobre todos los pueblos humanos.
La Horda demostró ser despiadada en todos los sentidos, acabaron con mundos civiles y volvieron las cadenas.
La dinastía Yuan, la sagrada orden de los caballeros templarios y el califato Abasí se apresuraron a responder contra la gran horda.
La Federación había caído luchando contra los humanos... Y ahora los humanos luchaban entre ellos, su guerra fue aún más terrible.
El primer enfrentamiento contra la gran horda fue brutal, los barcos escupían fuego y proyectiles, intentos de abordaje, colisiones contra lunas... Soles sacrificados.
Después de 100 años de guerra los humanos parecían estar en plena forma, experimentados, no parecían seres vivos, eran como bestias, máquinas, seres creados para luchar, mejorar y volver a luchar.
Espadas chocaron, artillería fue disparada y soles convertidos en cañones y al final... La Horda emergió victoriosa.
Encontramos refugio en la alianza inca-araucana a su ves forjaron una coalición con los Mexicas, al parecer eran pueblos que no habían luchado contra los antiguos Mongoles de dónde desendian los hijos del Khan, pero la horda comenzó a conquistar a los pueblos humanos mientras sometían los pocos pueblos libres que quedaban.
Lo siento... Esperabas un final feliz, lamento decepcionarte, está es la situación de la galaxia a la que estás llegando, preparamos nuestras flotas para intentar luchar mientras esperamos a que la horda llegué a buscarnos, buscamos refugio en los pocos pueblos humanos que son libres mientras recogemos los trozos de la antigua federación y maldecinoa en silencio al quien le nosotros el camino a las estrellas a los primates.
No importa dónde viajes, los cementerios de naves son algo común, los hijos del Khan queman todo lo que no pueden tomar, las frágiles órdenes de caballeros y guerreros libres intentan enfrentarlos pero poco pueden hacer y la triple alianza, Mexicas, incas y araucanos, se preparan para la inevitable invasión, si ellos caen la última faccion humana independiente caerá y con ello... Un nuevo poder absoluto se alzará.
No importa quien sea, siempre volverá a surgir un depredador alfa y parece que cada vez es peor que el anterior... Esa es la ley natural.