Capítulo 15

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Abigail

Había comenzado el día haciendo mis labores de madre, desayuné con mi hija, la alisté y la llevé al jardín. Me fuí enseguida a la oficina, sabía que Maxim estaba allá con su genio de los cuarenta mil demonios y estaría tratando mal a todo el que se le cruzara por el frente.

Subí por el ascensor respirando profundo hasta llegar al piso de trabajo, todos caminaban en silencio sin decir una sola palabra, era señal de que Maxim estaba enojado, pero ¿Cuando no lo estaba?

Abrí la puerta de su oficina y allí se encontraba, mirando su computador sin el café del día.

—Pensé que nunca llegarías, tráeme un café sin azúcar.

—Victoria ya viene con él —Dije entrando a recoger la carpeta de archivos.

—En unos minutos tendremos una visita muy importante, quiero que los atiendas bien, viene mi tía y su hijo de Alemania a hacer algunos negocios con nosotros y a hablar de la empresa que están manejando, quiero que comiences a organizar la sala de reuniones que mi primo acaba de mandarme un mensaje y ya van a estar acá.

—Lo haré.

Salí y caminé hacia la sala abriendo las puertas, puse las sillas en su lugar y las carpetas que estaban en el escritorio las puse en la mesa dejando aquí mismo las que traía de la oficina de Maxim.

Dejé todo en su lugar y salí de allí bajando por las escaleras, fuí a la cafetería y me encontré con Victoria riéndose con las chicas de contabilidad. Detestaba a esas brujas.

—Escuché que vendrá un familiar del jefe, ojalá sea así de guapo como él para conquistarlo—Dijo Marie sonriendo.

—No seas estúpida, es obvio que él va a mirarme a mí. O sea, mírame—Exclamó Karla—. Tengo todo lo que los hombres aman.

Y no mentía, estaba operada hasta el alma. No se veía mal, al contrario, era muy atractiva y ahora con su nuevo diseño de sonrisa se veía más radiante, me sorprendía que Maxim no estuviera detrás de ella. Karla encajaba en sus estándares, según yo.

Su abdomen estaba perfecto, ella se esforzaba en el gimnasio. Pechos grandes y gran trasero, y ni hablar de su estatura, era tan bonita para estar trabajando en el departamento de contabilidad. Por cómo se veía, tal vez el primo del jefe se fijaría en ella.

Victoria solo reía y tenía el café en sus manos, tal vez ya estaba frío con todo lo que estaban hablando aquí.

—¿Ese es el café de Maxim? —Pregunté entrando a la cafetería.

—Si, ya lo voy a llevar.

—Hazlo, porque está que no se aguanta ni él.

—Claro—Me dió una sonrisa y salió de allí.

Marie y Karla se quedaron viendo entre sí y se dieron la vuelta para regresar al área que les correspondía. Tomé un vaso y serví un poco de agua para poder comenzar bien el día, no había llegado la familia de Maxim y ya sentía que iba a ser un día agotador.

Me quedé unos minutos en la cafetería revisando mi celular y al ver la hora salí de allí diciéndome al ascensor que estaba ocupado, Marie se posó a mi esquina y me dió una sonrisa.

—Ya llegó el primo del jefe, justo va en el ascensor.

—¿Y? —Respondí cruzando los brazos.

—Y escuché que tenías que estar ahí antes de que llegaran ellos, ahora te van a regañar y mandarán a Karla con los informes de contabilidad.

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