Capítulo 31

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Abigail

Las cosas se sentían bien después de que podías soltar todo lo que tenías por dentro, hablar sin miedo y sin temor a ser juzgada o señalada. Justo hoy lo sentí y puedo asegurar de que nunca me había sentido tan magnífica, pura y llena. La verdad siempre saldría a la luz, no importaba cuando, lo importante era que después de tanto tiempo se podrá hacer justicia.

Me alegro por mi y espero salvar a las siguientes víctimas de Nate, porque sabía que yo no era la única, pero esperaba ser la última de todas. No quería que ninguna estuviera en esa situación tan atroz y bochornosa, nadie merece eso.

Ahora sí podría mirar a mi hija a la cara y respirar tranquilamente, aunque sabía que su padre era Maxim, me agobiaba el no saber cómo decirle que con el tiempo tenía que cuidarse de gente muy mala allí afuera, quería que tuviera una infancia feliz y sana, mientras que yo me encargaba de hacerla vivir sus etapas poco a poco. No había afán, aún era mi bebé.

Por otro lado, Benjamin será criado como un hombre respetuoso y con valores, aprenderá a tratar a las mujeres y le enseñaré el valor que tenemos todas sin importar quien sea, las mujeres se tenían que respetar.

Después de estar con Maxim y haberle confesado lo que pasó, ambos habíamos salido a trabajar, y la niñera se quedó con el bebé. Quería despejar mi mente y saber que él estaba ayudándome a qué se hiciera justicia después de tanto tiempo.

—Y el premio al descarado del año es para Nate Robinson —Escuché la voz de Leah que iba entrando a la cafetería con Isabella en su coche.

Mi amiga traía una revista en la mano y al verme sentada en la mesa, me la extendió para que viera el contenido de esta.

Bajé la vista y me encontré con fotos de Nate y una chica.

La unión más grande y esperada.

Leí el título y me dieron ganas de vomitar.

—Necesito que leas toda esa maldita mierda que escribieron ahí.

Había una foto de una modelo que conocía, y su lado Nate. Ambos estaban vestidos iguales en un set que parecía ser de cocina, ella estaba sentada en el muro y el traía la caja del anillo en una de sus manos, definitivamente este hombre se había vuelto loco.

¿Cómo alguien así podría estar con una chica como ella?

—¿Ella no es la modelo de oro de Beekn? —Pregunté extrañada.

—Claro que es ella, no puedo creer que se haya fijado en ese maldito asqueroso.

—Tal vez le haya mostrado otra cara—Supuse.

—No lo dudo—Suspiró—. Sigue pasando.

Nate Robinson recibe gran reconocimiento como defensor y líder de los derechos de las mujeres en Aslet.

Sale una foto de él junto a su novia y ambos con una camiseta color morado, él la tiene agarrada de la mano, mientras ella sonríe efusivamente a la cámara.

—Esto tiene que ser una maldita broma—Refusté—. ¿Cómo hacen eso? ¿Por qué? Eso es una burla hacia todas las mujeres, y lo digo por lo que me hizo, y por como es el líder de nuestros derechos, ¿No debería ser una mujer la que esté en ese cargo? Un maldito hombre como él no es ejemplo de nada.

—Lo mismo pensé, cariño. Pero sigue viendo la revista, que parece que la mandó a hacer con una edición especial solo para él y su novia. Todas las páginas son más y más cosas sobre ambos.

—Que disfrute lo que tiene, porque dentro de poco se acabará todo esto.

—Me dió tanta repulsión ver esa revista, definitivamente el mundo se está acabando poco a poco.

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