1. Me electrocuto con la tostadora.

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Nunca pensé que tendría la opción de dejarlo con vida o matarlo. Es por mi linaje. Esta en mi sangre.

No me gusta ser un descendiente.
¿Que se siente ser un descendiente?
Ser un descendiente implica que ya no eres un niño normal. Que estas en peligro cada segundo de tu vida.

Si estás triste por llevar una vida normal. Te digo algo: no lo estés. No vas a querer ser un descendiente.

Si, sería genial. Pero solo en la mente. Cuando se aplica a la realidad es completamente diferente.

Si crees que eres uno de nosotros. Entonces corre y búscanos. Es la mejor forma de que estés a salvo y que los otros no te maten.

Me llamo Ángel Ramos.

Tengo catorce años. Tengo Asperger. Tengo piojos.

Tener piojos es algo que puede pasar si estás rodeado de una gran cantidad de niños. Justamente estoy en lugar lleno de niños. Estoy en un orfanato. Una casa hogar.

¿Mi vida es fácil?

Fácil no es la palabra que usaría. Cada mañana de cada día, tengo que levantarme temprano y pelearme por obtener algo de comida. Y no es que la comida tenga buen sabor. La comida tiene sabor a comida militar. No me preguntes cómo se eso. Solo lo sé.

No solo es difícil obtener algo de comida para sobrevivir. Si no que es más difícil desecharlo. Debo esperar una larga fila para ir al baño.

Si estoy rodeado de otros niños parecería genial. Solo que mi existencia no tiene relevancia. En el orfanato me siento solo y triste. Solo soy un niño más. No soy importante. Paso desapercibido.

¿Mi vida parece una comedia?

Si. Solo que yo no le entiendo el chiste.

Siento que no me dieron amor. Tengo carencia de abrazos. Mi mamá me daba abrazos. O eso recuerdo. A mi me dijeron que mis padres murieron, pero no les creo ni una palabra. Yo si recuerdo haber tenido unos padres. Tener una mamá y un papá. Con el tiempo eh olvidado algunas cosas. Mis padres desaparecieron y no se donde están. Espero algún día volver a verlos. Algún dia iré a buscarlos. Lo prometo.

Todo es un fastidio cuando voy a la escuela. Lo primero que ocurre es que me molestan.

Un compañero de escuela que se llama "Juan". Es mi agresor principal. No para de molestarme. Juan es como un cocodrilo. Feo y con escamas.

-¡Es huérfano! -me dicen y señalan con el dedo.

Yo les digo:

-¡No es cierto! ¡Yo tengo padres!
Cuando digo eso, las luces empiezan a parpadear como si la luz se tuviera que ir y no presenciar mi masacre. ¿Vi una luz azul en los focos?
Se ríen de mí.

-¿Donde están tus padres? -preguntan.

En ese momento no puedo hablar y solo me quedo para que se burlen de mi. No aguanto esto y huyo al baño.
Es un ciclo de sufrimiento.

Desde que recuerdo, Juan me molesta. Si me molesta, significa que le da más importancia a mi vida que a la suya.
Cuando me molestan y dicen groserías sobre mi madre. Yo me enojo y destrozo al desgraciado. Eso me trae problemas. Casi soy expulsado en varias ocasiones.
Tuve que aguantar un año más de acaso escolar. Sinceramente me dan ganas de matarlo. Se lo merece y los dioses lo saben.

Justamente hoy fue el primer día de clases de octavo grado y pido a los dioses que Juan repita el séptimo año para no verlo más. El se quedará en turno mañana y yo en turno tarde.
Mi desgracia no aguanto sorpresas y me da el regalo que mas quiero: Juan paso al octavo grado. ¡Maldición! ¿Universo me odias?

ÁNGEL RAMOS (YA EN FÍSICO).  EL PERCY JACKSON PARAGUAYO. TRILOGIA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora