12. Nos hacemos trajes de serpientes.

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Óscar, Luz y yo caminábamos por el bosque hasta que nos encontramos con las serpientes gigantes. Mbo'I Tui y Moñai. Mbo'I Tui es una serpiente gigante con cabeza de loro. Moñai es una serpiente gigante no muy larga, pero gorda.
Pude observar a las serpientes gigantes y dije:
—¿Amigas o enemigas?
Hablo Mbo'I Tui. Cuerpo de serpiente y cabeza de loro:
—Somos los guardianes del bosque. ¿Porque vinieron aquí?
Óscar se inclinó y dijo:
—Buscamos llegar al portal en Asunción. Nuestra misión es derrotar al Rey demonio y salvar a los padres de Ángel.
Moñai hablo:
—El camino hacia el portal está plagado de peligros. ¿Tienen el coraje necesario para enfrentarlo?
Luz hablo:
—Hemos superado muchos desafíos hasta ahora. No tenemos miedo para enfrentar a más monstruos.
Mbo'I Tui se deslizó y hablo:
—Joven descendiente, demuestra tu valentía.
Yo hice una barrera para evitar los ataques de algunas serpientes pequeñas.
Moñai asintió con la cabeza y dijo:
—Impresionante poder del rayo. Pero lo mejor esta por venir...
La tierra tembló y apareció un monstruo mitad serpiente y mitad escorpión.
Luz atacó al monstruo y dijo:
—¡Ayúdame, Ángel!
Óscar se transformó en lobo y dijo:
—Seré la distracción.
Óscar distrajo al monstruo y pude aprovechar para cortarle la cola con la espada de rayos.
El monstruo escupió veneno. Luz le disparo justo en la cabeza y la mató. Juntos pudimos derrotar al monstruo.
Moñai y Mbo'I Tui nos atacaron al mismo tiempo.
Mbo'I tui se enredó por Óscar.
Óscar gritó:
—¡Ayudaaa!
Luz se fue directo contra Moñai. Sus rayos de sol no tenían tanto efecto.
—¡Aaaa! —grite.
Volé en el aire y le lancé rayos a los dos monstruos. Óscar necesitaba mi ayuda y fui a salvarlo. Hice dos espadas de rayos y le quité la cabeza a Mbo'I Tui.
Óscar salió ileso y dijo:
—Espero que no le salgan más cabezas. Ya tuve una mala experiencia y no quiero que se vuelva a repetir.
Fui directo por el otro monstruo. Cai encima de su espada y le clavé mi espada. Luz se acerco y le quitó los ojos al monstruo con sus rayos de sol.
El monstruo gritó y el momento lo aproveché para meter en su boca una granada de rayos. Me alejé con Luz para estar a salvo. El cuerpo del monstruo explotó en mil pedazos.
—¡De locos! —grito Óscar.
—Esto se volvió más que un paseo en el bosque —dije.
No esperamos hacer el funeral para los monstruos y nos fuimos de ese lugar.
Corrimos como si no hubiera mañana.

ÁNGEL RAMOS (YA EN FÍSICO).  EL PERCY JACKSON PARAGUAYO. TRILOGIA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora