ÁNGEL RAMOS (YA EN FÍSICO). EL PERCY JACKSON PARAGUAYO. TRILOGIA.

7. Obtengo una misión inesperada.

Antes era un niño normal. Ahora soy un descendiente del dios del rayo. Esto me trae paz. Conocerme mejor me esta dejando con la idea de que si tengo un lugar en el mundo.

-Pertenezco en este mundo -me dije a mi mismo-. Soy Ángel Ramos. Soy un descendiente del dios del rayo (Angatupyry).

Es una locura. Hay muchos descendientes de la diosa del sol y la luna, pero no existe ningún descendiente de Tupa o Angatupyry. Eso es lo que se creía hasta que yo aparecí. Soy un descendiente del dios del rayo (Angatupyry). Pero no hay ningún descendiente de Tupa. Tupa es el dios más importante y no tiene hijos semidioses. Quien sabe, talvez aparezca un descendiente de Tupa. Nadie lo sabe.

Cuando se supo se mi origen paso algo. Los descendientes y los hombres lobo se arrodillaron, mostrando respeto. Rápidamente fui trasladado de la escuela de los hombres lobo a la escuela de Angatupyry.

Estar en una escuela. Más que una escuela, es una casa. Una casa para mi y nadie más. Me sentí algo solo. Dormir solo en la escuela del dios del rayo me hizo pensar en los hombres lobo.

Finalmente dormí y soñé algo raro. Tuve una pesadilla. En la pesadilla pude ver a mis padres atrapados por un demonio. ¿El rey demonio? Por alguna extraña razón sentí algo familiar en ver la escena.

Naturalmente veía a mis padres, pero la presencia del Rey demonio me intrigaba.

Escuche el grito de mi madre.

Desperté sudando.

-¡Mamá!

Me encontraba sudando en mi cama. Me levanté y miré por la ventana los rayos de sol que se filtraban.

-¡Ángel! -me llamo una voz. La voz de la directora.

-¿Directora? -pregunte. Sabia de ante mano de que ella me odiaba.
Abrí la puerta y vi a la directora parada con una expresión tranquila y superioridad.

-Ángel, debes de acompañarme afuera.

-¿Afuera? -pregunte.

Ni siquiera me dijo: Hola, buenos días. Ella es una maleducada.

-Debes de acompañarme en el escenario -pidió.

-¿Es necesario? -pregunte curioso.

-¡Es urgente! -sus ojos se abrieron como las de una vaca.

-Bueno.

Salí de la escuela siguiendo por detrás a la directora.

Nos acercamos hacia el escenario. Había muchas personas presente. El escenario estaba al aire libre.

Me subí en el escenario.

La directora agarró el micrófono y hablo:

-Por tu valentía y más que nada por tu descendencia divina, Ángel. Te informaré de la profecía que durante generaciones se transmitía por cada descendiente. La profecía dice: "El héroe vencerá o morirá".

Arrugue mis cejas.

-¿Qué significa eso? -pregunte.

-Que tú, Ángel, eres el niño de la profecía o eso creemos todos los profesores de la escuela de descendientes.

-¿Soy yo? -pregunte confundido.

Todos aplaudieron. No se dieron cuenta de lo tono de voz y creyeron escuchar: "Ah, soy yo".

Entonces la directora dijo lo siguiente:

-Ángel, te daremos la misión de derrotar al Rey demonio.

-¿Enviarme al Rey demonio no es como enviarme al matadero? -pregunte.