Capítulo 6

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Cuando Camila despertó, la cálida luz del sol iluminaba la lujosa  habitación en la que se encontraba. Parpadeó
confundida, esperando ver la pálida luz del sol empañando las ventanas de cristal de una habitación de la
mansión Thursley, pero se encontraba en la misma habitación que había soñado.

No era un sueño...

Ella se movió en la cama y gimió cuando todos sus músculos protestaron. Hizo un gesto de dolor y se llevó una mano a la cabeza cuando le vinieron a la mente los recuerdos
de la noche anterior.Ella había huido de Thursley mientras su madre agonizaba.El carruaje se había volcado durante una terrible tormenta. Había luchado contra el Diablo de Dover con un florete de
esgrima... ¿y ganado? Sí, pero entonces los recuerdos se
volvieron más borrosos, como una gruesa lana cubriendo una
ventana a través de la cual ella deseaba desesperadamente ver.

Recordó la cena, y su hombro dolorido, y luego... jadeó. La duquesa Frostmore la había drogado y ahora, ella estaba en una habitación. Levantó las mantas y descubrió que llevaba puesto un camisón de fina calidad. Nunca antes había tocado
algo así, y mucho menos lo había llevado puesto. Con manos temblorosas, ella se subió el camisón, pero no vio moretones ni sangre en sus muslos. ¿La duquesa  no había obtenido placer mientras yacía indefensa?

La puerta de la habitación se abrió y una hermosa joven de cabello oscuro y ojos castaños claros entró.Tarareaba para sí misma, pero se detuvo cuando vio que Camila estaba despierta. Bajó la mirada hacia bandeja que sostenía y la levantó ligeramente mientras miraba a la morena.

-Buenos días, señorita, me llamo Maisie. Voy a atenderla como su dama de compañía durante su estancia aquí. Su Alteza ha pensado que usted podría tener hambre. ¿Puedo pasar?

Camila asintió en silencio, y la muchacha entró para colocar la bandeja sobre la cama. Pan tostado, un tarro de mermelada, un huevo duro y algunos melocotones estaban
colocados sobre una vajilla de porcelana con dibujos en blanco
y azul pálido. Un pequeño jarrón de crisantemos llenaba el aire
con su dulce perfume floral. La duquesa debía de tener un
invernadero en alguna parte de los jardines. Hacía demasiado frío para que algo creciera en el exterior en esta época del año.

-¿Té o café?

-Eh... té, gracias.

-Un poco de orange pekoe, ¿de acuerdo? -el rítmico acento escocés de Maisie era brillante y alegre. Eso consiguió tranquilizar un poco a Camila.

-¿Orange pekoe? Nunca he oído hablar de él.

-Es de Dinamarca.

-¿Tiene sabor a naranjas? -preguntó Camila mientras la criada empezaba a preparar una taza.

-Su Alteza dice que no es un sabor, sino una referencia a la noble casa de Orange-Nassau, la cual trajo el té a Europa hace cien años. Ella dice que el pekoe es el brote superior de la
planta del té -la criada le tendió una taza de té caliente, y el aroma era divino.

-¿Y cómo has llegado a saber tanto sobre ella?

Maisie soltó una risita.

-A menudo fastidio a Su Alteza, cuando está de humor para hablar. La duquesa sabe bastante acerca de muchas cosas. Ha viajado por todo el continente, incluso hasta Baviera.

-¿Oh? -Camila se encontró a sí misma deseando saber más sobre ella, pero le tenía miedo, y el hecho de que no podía recordar todo lo que había ocurrido la noche anterior entre
ellas, no hacía más que reforzar esas preocupaciones.

-Ella es... -la criada hizo una pausa mientras recogía del suelo el vestido de muselina cubierto de barro de Camila-.Bueno, es bastante amable y erudita, cuando no está de mal humor -Maisie miró pensativa la ropa que tenía en los brazos-. Oh, vaya. No puede volver a ponerse esto. Está demasiado roto para repararlo, no con mis pobres habilidades de costura. Veré qué puedo encontrar para usted.

Le diable se cache (Adaptación Camren  G!p) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora