Capítulo 7

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Lauren salió a zancadas de la puerta de Frostmore y Silbó con fuerza. Diablo saltó a la vista y se unió a ella en el exterior mientras un mozo de cuadra acercaba su Caballo.

La yegua árabe blanca, Winter’s Frost, era su favorita. Muchos personas preferían sementales o caballos castrados, pero no Lauren. Ella la había comprado después de enterrar a su esposa y a su hermano, y su espíritu apacible y su excepcional velocidad eran un bálsamo para su alma. Lauren la
cabalgaba durante kilómetros, sobre todo cuando había un buen clima, y eso la ayudaba a sentir que escapaba de sus penas, aunque solo fuera por un momento.

Mientras ella la montaba y cabalgaba por las tierras de su hogar, observó cómo las hojas otoñales pasaban del dorado al marrón quebradizo, señal inequívoca de que el invierno estaba
en camino. El viento traía la promesa de nieve, y su presencia hizo que los pensamientos de Lauren se centraran con mayor claridad. ¿De verdad le había pedido a Camila que se
quedara hasta la primavera?

En realidad, ella admitía que quería que Camila lo hiciera. Era temeraria, atrevida e inflexible, pero no era como las otras mujeres que habían acudido a ella. Las que venían a tentarla para ofrecerle matrimonio. El matrimonio estaba lejos de los
pensamientos de Camila. La Morena estaba de luto por su madre, una
pérdida tan profunda que sacudió la jaula que Lauren había colocado alrededor de su propio corazón.

Sus lágrimas de hoy habían tirado de Lauren, atrayéndola hacia Camila. Tal vez porque el dolor de la Morena era auténtico, como el suyo lo había sido siete años atrás. Perder a su mujer y a su hermano había limpiado su corazón de sentimientos y la había dejado en un abismo oscuro y frío. Ver a Camila enfrentarse a
ese mismo dolor oscuro al darse cuenta de que su madre
probablemente se había ido y que ella no había estado allí para ayudarla…

La duquesa sintió un repentino escalofrío en su interior. ¿Cuánto
tiempo había pasado desde que no sentía algo, algo de verdad?
Había bastado con que una diablilla la atacara con una espada y luego llorara por la muerte de su madre para que todo su dolor, el cual creía haber enterrado desde hacía tiempo,
volviera a inundarla todo. Un deseo desesperado por ver los acantilados la impulsó en su dirección. Cuando por fin tiró de las riendas de su yegua,
estaba a sola seis metros del borde donde había intentado acabar con su propia vida siete años atrás. Siempre cabalgaba muy cerca; los acantilados la llamaban, pidiéndole que diera el
salto que había prometido entonces. Pero no se bajó de caballo, no hizo nada más que mirar el mar invernal más allá del borde.

Las nubes se arremolinaban y el mar se cubría de olas espumosas. La atracción que sentía hacia el borde, se desvaneció. En su lugar, sintió un hilo invisible atado a la Mansión Frostmore, y un atisbo de esperanza pareció llenarla con una energía palpitante, como una luz en la orilla que la guiaba. Diablo ladró repentinamente y empezó a saltar, aunque no había nada a la vista. La yegua de Lauren se movía
inquieta de un lado a otro.

—Silencio, Diablo —le ordenó Lauren.

El perro ladró al aire durante unos segundos más y luego se detuvo. Justo entonces, la oji verde juró haber visto algo por el rabillo del ojo. Algo que no tenía sentido, algo que no era
posible. Había visto a Cris. Y con la misma rapidez, esa sensación de que alguien estaba allí en los acantilados con ella, desapareció. Diablo volvió a mostrarse dócil y el caballo se
estabilizó.

Lauren clavó sus talones en los costados del caballo y cabalgó de vuelta a la mansión. La estructura como una torre se alzaba orgullosa bajo el cielo nublado, mientras la luz del sol se rendía ante la tormenta invernal que se avecinaba. Las
entradas estaban abiertas y ella corrió a través de ellas hasta la puerta principal. Un mozo salió a su encuentro para coger las riendas del caballo. Diablo se adelantó a Lauren y entró en la casa.

Le diable se cache (Adaptación Camren  G!p) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora