FIRE EMBLEM AWAKENING: FUTURE REQUIEM

Tira a matar

※ Esta historia tiene referencias a abuso, comentarios etnocentristas y violencia implícita a la par de motivos de temas sensibles. Leer bajo discreción.

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—¡POR FAVOR, NOIRE, TE ESTOY DICIENDO QUE PELEES!

Las voces siempre vienen,

No la dejan en paz.

Solo se puede preguntar, ¿qué quería su madre?

¿Una prueba?

¿Un monstruo?

( ... )

Un monstruo.

Noire estaba cargando las cajas entre sus brazos. La dejó en el suelo y jadeó por el cansancio, sin embargo, ahora mismo prefería ayudar en cosas pequeñas en lo que se desocupaban los demás. Se sentó en la madera de esta un momento, terminó por suspirar, su espalda inclinada hacia sus piernas.

—Oye, Noire.

Una voz alegre y despreocupada se ocupa de hacerla respingar. Ínigo salió, quien estaba comiendo pedazos de patatas fritas en una envoltura de papel. Al recibir la mirada grisácea de la arquera, él le ofreció las patatas, el aroma de la comida llenando el olfato de Noire. Sintió su estómago gruñir, se encogió de hombros y preguntó con la mirada si estaba bien aceptarlo, como una clase de animal tímido. Esto hizo que Ínigo sonriera suspicazmente.

—¡Por supuesto!

¿Se la estaba tratando de ganar por medio del estómago? Tal vez, pues para sorpresa de la arquera, antes de que ella lograra extender su mano, el muchacho ya se había sentado a su lado con una sospechosa risa. Eso hizo que Noire se encorvara un poco más.

—Esto... ¿Gracias? Ínigo, tú rara vez te...

—Sí, bueno, sé que mantuve mi distancia un poco desde la otra misión.

—Te has ido todo malherido de la tienda del sanador diciendo que "te ibas coquetear un rato". Lucías... cansado.

—Sí... Pero pasé una velada agradable. ¡Alguna chica sí que me ha sonreído gracias a las heridas! —pese a que habrá sido de la lástima—. Así que ya te perdoné.

—¿Eh? —Noire agregó, algo perdida.

Él pareció ignorar la duda y trató de cambiar el tema, agarrando otro bocado mientras dejaba salir el vapor de su boca.

— Tenía una duda curiosa, es todo, por favor no te enojes. Detener tu arranque de ira fue muy difícil en la anterior marcha, ¿sabes? Me preguntaba... ¿Cómo es que no dudas haciendo eso? —acentuó la incógnita.

—¿Eso?

—Tirando a matar.

Como si la pregunta fuese tan filosa cual apuñalada, Noire guardó silencio, sin poder respirar siquiera. Ínigo la ojeó; no tan tonto cuando se trata de observar detalles de las chicas, continuó.

—Bueno, me sorprende, es todo. Es que estamos siempre al borde de la decadencia con las vidas de aquí. ¡Aunque no te estoy echando la culpa, de hecho, me haces hasta suspirar! Simplemente me pregunto...

Mas, en ese instante, un bastón cayó directo a lo alto de la cabeza de Ínigo. Fue leve, pero lo suficiente para hacer a este último tornarse en sí mismo como si el golpe le hubiese sacado años de vida.