La madre de Lucina fue una mujer de corazón bondadoso y sensible. Aún recuerda como esta le arreglaba el cabello con el cuidado listo para, casi, salir a escena. Habían presionado para hacer el propio teatro con apoyo de la Casa de Ylisse, sin embargo, su madre estaba bastante ocupada como para centrarse en eso... aún si Ínigo era tenaz respecto a las ganas de ver a su bella madre bailar en lo específico. En cambio, aunque Lucina no insistiese mucho con ello, a ella le enseñó a fascinarse por las leyendas que rondaban en el continente, a veces le agregaba pequeñas historias que se pasaron de lengua en lengua respecto aquellos que en su debida ocasión salvaguardaron al Rey Heroico. En los registros no se gozaba de mucho, pero... cuando se trataba de las mentes curiosas, que iban esperanzados a armar piezas inseguras de la historia, su madre se lo sabía casi todo por bocas ajenas, e interpretaba para ella piezas improvisadas con el ingenio de toda una profesional. Solo que, Lucina notó algo que Ínigo nunca, y es que su madre siempre evitaba los trozos al respecto de la guerra o la pérdida.
Cuando tuvo más cabeza respecto a su situación... cuando vio a su madre llorar el nombre de su padre en silencio justo después de que ella había abrazado a Lissa en ánimos de consolarla, allí Lucina vio que su fuerza no nacía en la batalla. No tenía un temple de guerrero, como su padre le enseñó, ni blandía su arma firmemente contra del viento mientras mantenía la paz a cualquier costo; en cambio, su madre realizaba tratos, veía por el estado del pueblo y las pérdidas, sonreía en cada encuentro y se fortalecía con palabras duras para no cometer un error a la danza de bienestar que todos admiraban.
Lucina no sabía bailar. Las clases siempre se le dieron pésimamente, pues era brusca, apretaba la mano de sus compañeros —Ínigo, en su mayoría, o el pobre Brady cuando Maribelle lo apoyaba— y se giraba al recordar los movimientos de padre, siempre reproducidos ante de su mirada. Una vez la ocupada reina vio a su hija, que, pese a que debía nutrirse de etiqueta esa tarde, estaba repitiendo la posición de pies de una estocada. No es que le faltara gracia en sus ataques, pero ningún baile sería tan tenso, ninguna dificultad en los movimientos (por más difíciles que fueran de realizar) debía ser obvia. Ellos debían volar. Por esto la reina se inclinó junto de su pequeña, sonriendo.
—Querida, sé que estás ávida de entrenar —habló con suavidad.
—Madre, por favor, ¿podrías... dejarme practicar a mí sola? Tengo miedo de olvidar los movimientos de padre. Quiero repasarlos.
La voz de la pequeña salió quebrada. Tímida de hacer tal petición tan rauda, aún así, la idea de soportar lo que vieron desde el carruaje en aquella vieja ocasión le era insoportable.
Algunos soldados fallecieron tratando de mantener la puerta cerrada. Su delicada madre, incluso, salió y escoltó desde afuera para mantenerlos a ellos intactos... Ataques llegaron hasta sus amigos de cuna. Kjelle se había puesto entre una daga y una vida aún si era más pequeña que Lucina, y lo hizo tan pronto...
—Ya veo —cariñosa, la bailarina asintió—. Tal vez debes contar con mayor asistencia. Sé que ya estás bajo del cuidado de Frederick, sin embargo... pediré el apoyo a Lon'qu. Él observó el estilo de tu padre muchas veces, amor.
...Lucina no quería que eso se repitiera jamás.
También sabía que, cada vez que miraba al orgulloso mirar de su padre en el cuadro que velaba por encima de sus cuartos... su padre tampoco querría eso. "Cuida bien de Ínigo en lo que nos vamos, Lucina," respondió con el rey en su momento a una orgullosa niña que alzaba su espada de madera con decisión. Esa niña fue envuelta en un cariñoso abrazo, vio a los azules ojos de un hombre que planeaba volver... En cambio, se quedó con una espada, y un mundo que pronto también perdería a su dulce reina.
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FIRE EMBLEM AWAKENING: FUTURE REQUIEM
FanficUn mundo que pese a todos sus esfuerzos, fue condenado a la ruina. Historias sobre el mundo antes del salto en el tiempo.