𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐕𝐈𝐈𝐈

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El cuarto helado y oscuro me estaba causando mas que asco, esperaba con ansias terminar con esta tarea e irme a la mierda en un segundo para llegar a mi hogar con Margarett...

Un disparo me descoloco de mi jardín de fantasías. 

-Señor Vladmir, ¿Qué haremos ahora?- Pregunto unos de mis acompañantes. 

-¿Esta muerto?- Me acerque al cuerpo postrado a la silla. 

Patee con fuerza una de la pierna que le quedaba. 

-Supongo que si , Señor.

-Déjeme a solas con el moribundo- Ordene.

Oí pasos disminuyendo y quede envuelto por el silencio absoluto. 

-¿Sabes? Conocí a una bella joven hace muy poco- Saque un cigarro y encendedor de mis bolsillos.

Lo encendí. 

-Tiene el pelo tan oscuro como el mar en tormenta...

Di una calada extensa. 

-Tiene desmechados por delante y ojos en almendra, ¿No son lindos?- Me quede delante del tipo con una mano en el cigarro y otra en el bolsillo.

Lento, levanto la cabeza.

-Me lo imagino, señor mío- Respondió por fin - usted no tiene mal gusto en mujeres

Con repugnancia, patee con fuerza la pierna mutilada. 

-¿Mujeres? Ella es mas que esas putas del bar.

Oí su dolor retorciéndose por todo su cuerpo, el grito desgarrador no fue mas que un zumbido de abeja para mi. 

-Que lastima, te estaba contando lo bella y hermosa que es y lo arruinas todo. Personas como tu no deben ser buenos amigos, ¿Me equivoco? -  Di una calda mas. 

No escuche nada. Aburrido, me encamine hacia la mesa en ruinas del lugar, tome una arma de bala de 45 calibre,  la cargue y volví a donde estaba antes.

-Por favor... y-ya basta - No quite su mirada del suelo y las lagrimas cayeron.

-¿Basta de que?- Di una calada mas grande, casi terminando el cigarro - Esto alguna vez tendría que pasar, y no hay razón para perdonarte. Fuiste con el periódico inútil de la ciudad y dijiste que yo estaba intentando formar un gobierno terrorista- 

Furioso, tome con mas fuerza el arma, acaricie la punta contra su cien y para desquitarme, golpee violentamente el costado de su cabeza. El sonido de su cráneo y de mi pistola, retumbo en el oscuro lugar.

-Y que lo peor de todo, aparte de parecer un niño pequeño e ignorante, parecías mitómano y enfermo; espera, ¿así no era yo? - Rei alto a lo ultimo que dije. 

Desdicha Aventura; Débil CorazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora