𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐕𝐈𝐈

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Pude notar como por fin mi cuerpo estaba calmo, ni tan frio ni con calor, el dolor de cabeza se había ido y mis ojos, al abrir no dolían. Hice mi cabeza a un lado y mire una gran ventana con unas cortinas blancas semi transparentes que las cubrían, y fue relajante poder mirar hacia el exterior ya que el cielo de esta noche estaba cubierto de estrellas. Seguí ladeando la cabeza hacia los lados para ver mi panorama, estaba recostada en una cama gigantesca y comodísima, estaba fresca como el resto de la apariencia de la habitación enorme: pocos muebles pero espaciosos, y el cuadrado donde yo estaba no terminaba simplemente allí, un arco cubría los bordes de otra apertura que te llevaba a otro lado. 

Con facilidad, corri las sabanas a un lado, llevaba un camisón que me llegaba a las rodillas y tapaba mis muñecas, pero no preste mucha atención. Baje de la cama y toque el suelo cubierto de alfombre, al levantarme derecha al fin, sentí una punzada sorpresa en mi estomago, no pude diferenciar si era de dolor por la herida, o por hambre. Me encamine hacia el arco color dorado de la habitación y pise una pequeña sala de estar, adornada con plantas, ventanales y al lado de un mueble con toallas por lo que pude notar había una puerta: sin preocuparme entre. Dentro había un baño muy bonito y lujoso, los azulejos blancos qué brillaban de lo mas bien y la ducha de vidrio igual, y al lado, tenías otra algo mas grande pero eran del tipo del que te puedes acostar. Fascinada, recorrí el baño y toque todo lo que llevaba a mi alcance, los pequeños muebles, espejos de los lados y esta bañadera tan espaciosa, estaba tan a gusto con el olor que llevaba el lugar. 

Curiosa salí del cuadrado y me dirigí a donde estaba anteriormente, lado de la gran cama había un vaso de jugo y una nota. 

"Llegare temprano por la mañana, ahora tengo varias cosas que resolver, tu solo usa todo lo que quieras, mi casa, es tu casa"

Caesar ♡

-Mansión has querido decir- Leí la nota y tome del vaso de jugo. 

Ahora, la situación no parecía tan espeluznante, digo, desperté sin que él este de mi lado y es mas que felicidad que ocurra eso. Así que, aprovecho que él escribió que llegara mañana por la mañana, tendría tiempo de sobra para recorrer el lugar sin que me maten en el intento. 

Unos pasos lejos de los muebles, había una puerta blanca imponente con su mango dorado que brillaba desde lejos, fui hacia allá y abrí la puerta. Dudosa, asome la cabeza por el pasillo, que a notar, era gigante y espacioso también. Las luces eran fuertes pero no incomodas, sin dudar, salí al gran pasillo, y empecé a caminar hacia la derecha (si, el pasillo se dirigía a distintos lugares). por otra cosa que note, era una casa de estilo georgiano; muebles imponentes como los de la época victoriana y una estructura similar a la de un castillo. En silencio, exprese toda la felicidad y emoción de comodidad que llevaba dentro, me sentía especial y como una princesa, el lugar era maravilloso. 

Seguí recorriendo, y por uno de los ventanales tan grandes, asome la mirada y pude ver un jardín precioso por abajo. Algo así como un bosque, lleno de plantas y flores llamativas como lo eran las orquídeas, rosales, amapolas, camelias entre otras. El destello de colores era tan llamativo que me incitaba a querer ir ahí. 

-¡Señorita!- Oí un grito por detrás mío. 

Me gire confundida.

-¿Necesita de algo? Si es así, solo dígamelo, por favor- 

Era el señor del avión que me había ofrecido un vaso de agua antes. 

-No, no, no debe preocuparse así- Dije al escuchar el tono desesperado del hombre canoso.

-El señor dijo de que seguro se levantaría confundida, - Se acerco con una muda de ropa en manos - Y si así es, use el baño, cámbiese y baje al comedor. La haremos sentir a gusto- 

Desdicha Aventura; Débil CorazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora