Capítulo 6: Sin posibilidad de cambio

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—Jaekyung ¿Te encuentras bien? — toqué su hombro e intenté moverlo, pasaba de las seis treinta de la mañana y la luz del día ya estaba dando advertencias de que sería una tarde calurosa.

Jaekyung llevaba unos minutos murmurando cosas que no entendía y estaba liberando feromonas que flotaban por la habitación y carecían de su olor característico. Era un olor agradable, sin duda, pero era una esencia intensa que podía llegar a marear un poco—. Jaekyung— toqué esta vez su frente y noté que estaba con un poco de fiebre, me pregunté si acaso su ciclo de calor se estaría manifestando con inestabilidad y abrió los ojos para que se encontraran con los míos—. Buenos días— dije con una sonrisa y él se incorporó.

—Buenos días— apartó las cobijas y le oí encerrarse en el baño.

Respiré hondo, aproveché esos minutos en los que estaba en la ducha y bajé tan rápido que me pregunté si no sería peligroso correr por las escaleras.

En la cocina saqué cuanta cosa se me ocurrió para prepararle el desayuno y salí al jardín para cortar unas florecillas que usaría para decorar. Una vez escuché que de la vista nace el amor, así que con una mesa linda mi lógica no podía fallar, quizá Jaekyung aceptaría la invitación para desayunar juntos y podríamos despedirnos de una manera más agradable.

Olvidé los resentimientos de la noche anterior, oculté en lo más profundo de mis pensamientos ese momento en el que me apartó de su pecho y di vuelta a la página para escribir un nuevo día.

—Oye Kim Dan— me sacó un susto. Terminé de colocar los platos en su lugar y me di la vuelta para sacarme el mandil de cocina.

—No puedes negarte a comer esto, te lo preparé en casa de tu mamá con la abuela y...— dejé de hablar porque noté sus brazos rodeándome la cintura, su pecho pegado a mi espalda, sus labios en la nuca besándome suave...

Inspiré hondo, temblando. Jaekyung se movió hasta quedar de delante de mí, con sus dedos jugueteando distraídamente con las puntas de mi pelo.

—¿Por qué hueles tan bien? — me preguntó y esparció feromonas que me hicieron buscar su mirada para encontrarla y ver que no parecía ser el mismo de siempre, en ese instante se parecía más al Jaekyung que había perdido el control en la habitación aquel día en el que nos acostamos sin medir las consecuencias.

—Jaekyung ¿Probaste tomar tus inhibidores?

—Un frasco entero.

—Eso sería peligroso.

—No sé— y entonces sus labios chocaron con los míos con rabia, con anhelo, con tantas ganas que le rodeé el cuello para mantener el equilibrio. Jadeé al rozar su lengua, al besarlo como si el mundo fuese a acabarse en ese momento y no nos quedara mucho tiempo. Nos movimos hasta la sala con los ojos cerrados, entre el aire denso que se disipaba poco a poco. Nos perdimos entre besos. Quería más, lo quería todo de él.

Me recostó en uno de los sofás como si tuviera prisa y pensé que en serio íbamos a hacerlo.

Jaekyung rompió el contacto. Respiró bruscamente mientras sus manos acogían mi rostro y sus ojos se clavaban en los míos. Parecía perdido.

—Jaekyung ¿Estás bien? — le pregunté y se incorporó de golpe para tomar sus cosas.

—Debería irme. Perdón por esto. No quise... Ah— una larga pausa que acompañó su expresión—. Ya me voy— todavía desde el sofá y con el corazón latiéndome fuera de control,vi la puerta cerrarse y sentí como si me la hubiera estampado en la cara,aunque no fue así.



—¿Entonces van a venir tus papás?

—Este fin de semana. Abuela, necesito tu apoyo moral, esta mañana les envié la dirección y les sorprendió que esté viviendo independiente. Creen que conseguí trabajo y que me va de lo mejor.

Atemporal (Jinx)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora