Capítulo 1: Certificado de divorcio

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—¿Dónde firmo? — a Jaekyung pareció no importarle lo que decían esos papeles, parecía tener prisa por divorciarse de una vez y pasaba las hojas levantando únicamente la pequeña esquina para pasar la pluma.

Dan hubiera querido ignorar esos detalles, pero estaba ahí preguntándose si acaso su matrimonio había sido tan horrible como para querer terminar lo antes posible.

La escena que sus ojos presenciaban nada tenía que ver con la del día de la boda en la que, al momento de firmar los papeles del matrimonio civil, Jaekyung se había medio paralizado y había mirado en todas direcciones desajustándose la corbata en un intento por respirar mejor y deseando que ocurriera un milagro que le hiciera salir de ahí a como diera lugar.

Dan suspiró, no había mucho que, sobre pensar. Ese era el momento final de su matrimonio y quizá de la relación que los unía. Y después de tantas lágrimas derramadas en soledad ya no daba para más, todo lo que le quedaba era la aceptación y poner la mira en el futuro que tal vez algo bueno le deparaba por ahí, aunque eso no incluyera el romance o las posibilidades de formar una familia.

—Su turno— la voz del juez le rescató de ideas innecesarias en las que se culpaba por todo lo ocurrido y comenzó a firmar imitando las acciones de Jaekyung, deseaba evitarse problemas y sabía que, si se ponía a leer todos los párrafos de su trámite de divorcio, haría que Jaekyung le mirara con duda y recelo diciendo cosas del estilo; ¿Qué ocurre? Vamos, date prisa.

Terminó de firmar con la mano temblorosa y el último de sus trazos dolió como si al hacerlo se le hubiera grabado en la piel de las manos. Tragó duro para ahogar una queja y fingió que estornudaba para que las lágrimas acumuladas en sus ojos tuvieran una razón de ser.

—Con esto quedan ustedes oficialmente divorciados, su matrimonio ha sido anulado con base a los acuerdos establecidos en la ley de unión de omegas y alfas ¿Tienen una pregunta antes de que le ponga el sello a todo esto?

—Yo sí— precisó Jaekyung y se reacomodó sobre la silla. No esperó que en ese momento se diera la vuelta para mirarlo fijamente—. Aquí con el juez como testigo vuelvo a preguntarte esto Kim Dan: ¿Estás seguro de que no quieres recibir una pensión mensual o algo por el estilo?

—Nada nos une ahora, no tienes por qué hacerte responsable de mí, además estoy yendo a varias entrevistas de trabajo y me ofende un poco que pienses que necesito tu dinero.

—Lo lamento— una tensión incómoda se formó entre los dos, pasaron de estar mirándose a los ojos a cruzar los brazos y contar los segundos para salir de ahí.



La salida de los juzgados siempre estaba concurrida por personas que atravesaban ese camino para ir a sus trabajos, todo entre ellos fue incomodidad y largos silencios que les hacía mirar a la nada y suplicar por irse de una vez. Él por su parte debía ir a la casa que a partir de ese momento compartiría con su abuela para tratar de dar orden a su ropa y a todas las cosas que tenía, Jaekyung le insistió con eso de cargar con casi todos los electrodomésticos que les habían regalado en la boda y ahora tenía mucho trabajo por hacer, buscar espacio en la casa de su abuela sería una misión casi imposible.

—Sólo por si acaso, toma esto— Dan le mostró las llaves de la casa a Jaekyung, la casa que habían compartido durante poco más de un año. Ya nada tenía que hacer ahí, y prefería ahorrarse los problemas, no fuera a pasar algo como que lo encontrara teniendo una aventura con otro omega en la habitación que alguna vez se vieron obligados a compartir para esparcir feromonas que aliviaran los malestares.

—Puedes conservarlas si quieres, tendrías unos meses para pasarte por ahí si te das cuenta que dejaste algo olvidado, te informaré cuando la haya vendido.

Atemporal (Jinx)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora