Negocios [ Jinnam ]

Capítulo 18- Divorcio

La habitación estaba muy oscura, las gruesas cortinas no dejaban entrar la luz del día, el olor que desprendía era amargo mezclado con humedad, las sábanas de aquella enorme cama no habían sido cambiadas desde hace dos semanas,  quince largos días en que el lindo Omega no había querido salir de su lugar seguro, su lobo por instinto hizo un nido, sin embargo sabía que faltaba el aroma de aquella persona que amaba y que hacia latir su corazón aquel mismo alfa que lo había destrozado de la peor manera.

— Habla con él por favor, mi cachorro no quiere recibirme, tampoco ha comido y temo que enferme — Siwon estaba muy preocupado al igual que su lobo, ambos querían que su pequeño hijo estuviera bien.

—Señor Choing yo lo intento pero siempre me rechaza, no quiere verme a mi, incluso su nana también vino y nada, siempre nos corre o nos ignora—Jimin había estado ahí desde el día uno queriendo ayudar a su amigo.

—No quiero que nada malo le pase a mi Namie, es mi mundo entero Jimin, ya no se que hacer, cada día lo veo más delgado, su cuerpo parece débil, sus ojos siempre están hinchados y pareciera que su mirada perdió aquel bonito brillo — el alfa quitaba aquellas lágrimas de sus ojos, estaba destrozado y veía que su hijo cada día se marchitaba más y más.

—Señor se que no le gustará escuchar esto, pero Nam y su lobo necesitan ver a Seokjin.

—Olvidate de eso— gritó enojado—No permitiré que aquel imbecil se vuelva acercar a mi hijo, escúchame bien Jimin, prometo jamás dejar que mi cachorro se deje envolver por una basura como lo es Kim.

—Disculpeme señor, yo....intentaré hablar nuevamente con Nam, compromiso.

Cuando el Omega entró a la habitación de su amigo su corazón se contrajo, veía aquel pequeño bulto envuelto en las sábanas, su lobo soltaba pequeños sollozos probablemente llamando a Jin, alguna vez escuchó que un corazón roto era lo peor por lo que podía pasar un Omega y ahora lo comprobaba.

Al acercarse notó como su amigo dormía, pero aún así pequeñas lágrimas bajaban por sus mejillas, quería matar a Seokjin por haber traicionado así a su amigo, por haberlo lastimado de esa forma tan cruel.

La noche en que el señor Choing lo llamó para que calmara a Nam, fue una de las más difíciles, su amigo lloraba y gritaba mientras rompía casi todo lo que había en su habitación, su lobo soltaba alaridos, cuando se calmó un poco fue que le contó lo que el insensible de Seokjin le hizo y en ese momento lo odio como nunca, en su mente vagaba la idea de que Yoongi estuviera involucrado sin embargo Namjoon le negó aquello diciéndole que todo era plan de Jin y que su amado futuro esposo no tenía nada que ver.

Nam quería decirle lo desgraciado que era Yoongi, pero al ver la pequeña pancita del Omega fue que decidió callar, Jimin no tenía porque sufrir por su tonta ingenuidad, él había caído solo en los enredos de aquellas dos basuras.

—Vamos Namie debes comer algo — decía mientras movía su cuerpo para despertarlo.

—No tengo hambre Jimin y quiero estar solo.

—No has querido comer Nam, vamos por favor aunque sea un poco, hazlo por mi cachorrito.

De mala gana el Omega comió pero al llevar la mitad su cuerpo no soporto la comida yendo de inmediato a vomitar todo lo que había ingerido.

Al pararse del retrete lo invadió un fuerte mareo consecuencia del gran esfuerzo que había hecho.

—Vamos Namie, te daré un baño para que tú cuerpo se relaje.

Al desnudarlo fue que Jimin quedó impresionado, su amigo estaba muy delgado, su piel estaba pálida y sin color, sin embargo aún quedaban huellas de las marcas que Seokjin había dejado en su cuerpo.