Frente a frente.

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Jeff.

Mire mi reloj y vi que eran las 11:59, el asesino era jodidamente exacto, así que sabía estaría aquí en cualquier segundo, estaba listo para que habláramos, estaba preparado para tratar de razonar con él.

Seguí caminando un poco por el parque y comencé a recordar varias cosas del lugar, me gustaba mucho venir cuando era niño, era tan tranquilo y agradable que me hacía olvidar los problemas que tenía.

— tiempo sin vernos — dijo sorprendiéndome

— tiempo sin vernos — conteste mirándolo fijamente, estaba bien

— ¿recuerdas cuando veníamos con Ta a escondernos en el parque? — pregunto sonriendo levemente

— en esa ocasión mamá se enojó porque rompimos un jarrón que la abuela le había regalado — dije sonriendo

— de hecho recuerdo que fuiste tu — dijo casi indignado

— si bueno, muchas cosas han sido mi culpa — dije en voz baja

— nada fue tu culpa — contesto con seriedad — ¿Cómo esta?, sé que fuiste a verla

— parece que sabes muchas cosas — conteste caminando un poco por el parque, el comenzó a seguirme

— lo sé todo – dijo con sencilles

— siempre fuiste tan creído — dije suspirando levemente

— y tú siempre fuiste tan ingenuo — dijo mirándome fríamente

— mamá está bien — conteste alejando la mirada

— ¿Dónde lo escondiste? — pregunto sin rodeos

— si te lo doy, ¿prometes parar? — pregunte

— esta obra es mi vida Jeff — dijo seriamente, me miro dolido — tu deberías saberlo, estoy tan cerca de sentirme libre, ¿Por qué me lo impides?

— Jessi no tiene la culpa de nada — dije bajando los ojos

— es su hijo — se alejó levemente respirando profundo

— mamá dijo que no necesitas hacer esto, ella te espera sin resistencia — dije acercándome a él — no necesitas más muertes

— ¿crees que su muerte cambiaria algo? — dijo alejando las lágrimas de sus ojos — ella jamás fue mi objetivo

— Joy, basta — dije tomándolo de las manos — te lo ruego, detente por favor

— no — dijo llorando fuertemente pero sin romperse — porque cuando cierro los ojos aun lo veo, aun lo siento, aun los siento

— hare lo que quieras — dije desesperado — no puedes seguir así Joy, por favor

— si me amaras como dices hacerlo me ayudarías, esta es mi vida, esas obras son mis pesadillas redimidas — dijo soltándose de mi agarre aferrándose a su pecho, verlo roto me dolía, las palabras se atoraban en su garganta

— Joy, quiero que tengas un alma que salvar, aun puedes arrepentirte y poder tener algo de paz, has herido inocentes — dije limpiando mis lágrimas

— ninguna de las personas de mis obras eran inocentes, sé que sabes eso — dijo alejándose de mi — solo entrégame el libro, lo necesito

— solo si te detienes — dije serio

— supongo que tendré que seguir buscado — dijo caminando levemente hacia atrás — no tienes muchos lugares donde esconderlo, con Tong, en tu departamento, con Ta o con Barcode

El asesino de la media noche.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora