Imagina Con Jisoo

Buenas noches, mamá

—No voy a tardar mucho, ¡Lo prometo! —Le dije mientras acomodaba el bolso en mi hombro.

Jisoo es la chica con la que he estado saliendo los últimos 10 meses.
Conoció a mi hija poco después.
Tuve miedo al principio, pero se llevaron muy bien desde el primer momento.

Hoy, por primera vez, las dejaré solas en casa ya que debo ir a trabajar y la niñera de Emma está de viaje con su familia.

Jisoo simplemente negó con su cabeza y miró a Emma, quien se bajó del sofá y corrió hacia nosotras para abrazarme por las piernas.

—No te preocupes, T/n; el deber llama, lo entiendo. No es como si fueras a irte por siempre. Además, Emma y yo podemos pasar unas horas juntas, ¿No? —Jisoo le preguntó a mi pequeña y sus dedos viajaban por el cabello de esta, observando como asentía lentamente con una sonrisa adormilada.

—Gracias por entender y por quedarte, volveré en un par de horas

Dándole un corto beso a Jisoo y uno a Emma en su cabecita, salí por la puerta dejándolas solas por unas horas.

—Bien, Emma, aún tenemos una hora antes de que sea tu hora de dormir. ¿Qué quisieras hacer en ese tiempo?

Emma no respondió, simplemente puso su manita en la de Jisoo y la llevó hasta el sofá.
Gritando el nombre de su película favorita, Jisoo fingió estár molesta, pero Emma solo reía.

—¿Esa de nuevo? ¡La vemos cada vez que estoy aquí!

Emma sonrió mientras Jisoo le hacía cosquillas, para luego acomodarse en sus brazos felizmente.

Jisoo no se atrevió a quejarse sobre la película.
A pesar de que ya perdió la cuenta de cuántas veces la ha visto esta semana y se sabe toda la película de memoria, pudiendo recitar cada diálogo de cada escena si quisiera, amaba cada vez que la veía.
No porque la película le gusta mucho, sino porque Emma está feliz y a su lado.
Puede que solo hayan estado juntas por los últimos cuatro meses, pero Jisoo haría lo que sea por la pequeña Emma; Lo que sea.

Luego de un rato, Jisoo estaba muy concentrada en la película.
Pero de repente dirigió su mirada hacia su pecho, encontrando a una Emma dormida en este.

Soltó una risilla y tomó el control para apagar el televisor antes de cargar cuidadosamente a la pequeña Emma.

—Película... —Susurró Emma, solo para comenzar a dormirse nuevamente mientras Jisoo dejaba besos en su carita y subía escalón por escalón, con más cuidado que nunca.

—Estás cansada, cariño, no te preocupes, mañana terminaremos de verla y lo haremos las tres juntas —Emma asintió lentamente y cubrió sus ojitos con sus manitas.

—Bien, cariño, aquí vamos —Susurró suavemente mientras dejaba a Emma en su cama. La pequeña abrió sus ojitos y tomó el brazo de Jisoo antes de que esta pudiera cubrirla con las sábanas.

—Historia~

—No creo que necesites una historia esta noche, cariño —Soltó una risilla mientras veía como los ojitos de Emma se cerraban lentamente pero se abrieron nuevamente mientras intentaba luchar con el sueño y así poder escuchar una historia.

—Necesito mi historia~ —Hizo un puchero y Jisoo sabía que no tenía ninguna posibilidad de mantenerse firme para simplemente darle un beso de buenas noches y verla dormir rápidamente.

Emma era terca, como su mamá.
Ella no iba a dormir sin una historia.

—Está bien~

Fue a buscar un libro en la pequeña biblioteca, encontrando el indicado rápidamente. —Te leeré una historia, solo si me dejas cubrirte

Ella estaba feliz de dejar a Jisoo hacer eso y acomodó a su conejito en su pecho, cerca de su corazón.

—Bien, ¿Estás cómoda?

Asintió mientras cerraba sus ojitos y Jisoo comenzaba a leer.

—Buenas noches estrellas. Buenas noches aire. Buenas noches a los sonidos de todos lados —Comenzó a leer en voz alta.

Luego de unos minutos dirigió su vista a la pequeña, quien al parecer se había dormido rápidamente.
Dejó el libro a un lado y cubrió una vez más a la pequeña Emma, acomodando las sábanas cerca de su rostro para que no le diera mucho frío.

Se arrodilló junto a la cama y se aseguró de que una pequeña luz estuviera encendida antes de mirar a la pequeña niña que se había ganado el mayor espacio de su corazón.
Solo han pasado cuatro meses desde que se conocieron por primera vez, pero no pudo evitar pensar cómo había pasado tanto tiempo sin conocerla.
Su amor por su novia y por Emma era imposible de explicar con palabras.

—Buenas noches, ternurita —Susurró mientras dejaba un beso en su cabecita y se separó segundos después.

Caminó rápida pero silenciosamente hacía la puerta.
Por suerte tenía sus calcetines y no hizo mucho ruido.
Miró una vez más a la pequeña niña y salió de la habitación dispuesta a cerrar la puerta, para luego bajar y esperarte.

Pero algo hizo que se detuviera rápidamente.
Algo...
Hermoso e indescriptible.

—Buenas noches, mamá~

La respiración de Jisoo se detuvo y miró de nuevo a Emma quien estaba en el otro lado de la cama, con su conejito aún cerca de su pecho y bien firme entre sus bracitos.
Pestañeó para alejar las lágrimas y caminó hacia abajo.
La puerta se abrió tan pronto ella bajó el último escalón.

—Hola, bebé —Sonreí mirando a Jisoo. —¿Cómo te fue? ¿Ya se durmi-- —Dejé de hablar al ver lágrimas en sus ojos, en mi mente aparecieron los peores escenarios. —¿Qué pasó? ¿Dónde está Emma?

—Está dormida

—¿Qué te pasó a ti? —Tomé su rostro entre mis manos.

—Emma... —La miré preocupada pero una sonrisa apareció en su rostro. —Emma me dijo 'mamá'

Mi corazón latió con fuerza, me puse nerviosa. —¿E-estás bien con eso?

—Es perfecto

Sonreí y la abracé con fuerza.
Me incliné para besarla pero fuimos interrumpidas.
Un ruido en las escaleras hizo que ambas giremos el rostro.
Emma estaba ahí con su peluche.

—Hola, bebé —Sonreí y la llevé de nuevo a la cama. —¿Está todo bien?

—Te extrañé... —Murmuró.

Le di un beso de buenas noches y acaricié su rostro. —Buenas noches, bebé

—Buenas noches, mami —Escuché que Jisoo también le susurró unas buenas noches y Emma sonrió. —Buenas noches, mamá

Tomé su mano y salimos.
Entramos a nuestro cuarto y abracé el cuello de Jisoo.
Ella tomó mi cintura y me trajo más hacia su cuerpo.

—Nunca he estado más feliz —Susurró con una gran sonrisa. —Las amo

—Y nosotras a ti —Le di un corto beso. —¿Te quedas a dormir con tu novia?

—¿Estás segura? —Sonrió.

—A Emma le encantará que tengamos un desayuno juntas

Rápidamente asintió y se acostó en la cama.
Me acomodé a su lado pero no dormimos pronto.

Y antes de que piensen cualquier cosa (porque las conozco cochinotas), fue porque nos quedamos conversando.
Me contaba contenta lo mucho que se divirtió y lo feliz que se sentía.
Me confesó que su vida ha cambiado desde que llegamos a ella y que está más que feliz de que cuidemos a la pequeña Emma juntas.

Bueno...
¿A quién engaño?
Pasé toda la noche gimiendo su nombre.
Pero fui buena novia y escuché todo lo que tenía por decirme antes de agradecerle de nuestra forma favorita.