Imagina Con Jisoo

Necesitas Descansar

—¿Bebé? ¿No te vas a levantar? —Jisoo murmuró acariciando mi brazo. —Tu alarma sonó hace un rato, vas a llegar tarde si no te levantas ahora 

—Lo sé, no estoy dormida —Murmuré sentándome en la cama y acariciando mi cabeza. —No me siento bien

—¿No? —Frunció el ceño. —¿Qué sucede? 

—Mi cabeza da vueltas y quiero vomitar —Suspiré pesadamente pasando mis dedos por mi cabello. 

Jisoo se acercó y puso su mano en mi rostro.
Suspiró asintiendo lentamente. 

—Estás un poco caliente pero no tanto como para tener fiebre. Aunque tal vez pronto tengas. Parece que vas a enfermarte. ¿Por qué no le avisas a tu jefe que te sientes mal? 

—No puedo, todos cuentan con mi asistencia hoy 

—Si puedes faltar. Necesitas descansar —Acarició mi rostro. —Todos se enferman de vez en cuando. Pero si te sientes peor estando allá--

—Debo llamarte y vendré a casa —Terminé su frase. —Lo sé, Jisoo. Pero debo intentarlo 

Jisoo solo suspiró.
Sabía que no me convencería. 

—Bien, te dejaré ir al trabajo con una condición - vas a dejar que yo te lleve en el auto 

—Claro —Asentí y ella besó mi mejilla. 

Me levanté y comencé a organizarme lentamente.
Me puse mi ropa, lavé mis dientes y organicé mi cabello sin mucho ánimo. 
Me sentía débil y cansada.
Solo quería quedarme en cama. 

Pero no lo haré.
Debo ir a trabajar.
Soy capaz con esto. 

—Promete que si tienes que venir a casa, no vas a dudar en llamarme. Por favor, mi amor —Jisoo suplicó cuando estacionó el auto frente al edificio donde trabajo. 

—Lo prometo —Besé su mejilla y salí del auto. 

Jisoo miraba desde el auto con preocupación en sus ojos. 
Tenía un presentimiento de que algo pasaría.
Algo pasaba y ella lo sabía.
Pero no quiso molestar.
Así que solo esperaría a ver qué pasaría. 

Mientras ella se iba, yo entraba a mi oficina. 

—Tengo varias cosas para ti para que hagas hoy —Se acercó mi jefe. —Espero que estés preparada, hoy será bastante ocupado 

Ella dejó varias cosas sobre mi escritorio.
Una de mis compañeras se acercó haciendo un puchero.

—Pobre de ti —Suspiró. —¿Está todo bien? 

—No —Negué incómoda. —No me siento para nada bien

—Te ves como si no te sintieras bien —Me dio la razón. —¿Por qué no vas a casa? 

—No puedo —Suspiré y me sostuve con fuerza de la mesa. 

—Deberías 

Me quedé cabizbaja y me sostuve con fuerza. 

—¿T/n?

—Me siento muy mal —Murmuré sintiendo náuseas. 

—Ve al trabajo, tu salud es mas importante que este tonto trabajo —Escuché su susurro. 

Quise quejarme.
Este trabajo me gusta.
Incluso si es un poco estresante. 

Sin embargo, el mareo solo empeoraba.