Noticias inesperadas.

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Las semanas pasaron volando, ahora Naoya tenía ya dos meses trabajando en la cafetería, así como también se cumplía dos meses viviendo lejos de su familia, las cosas iban bien, se adaptaba rápido a vivir en la ''pobreza'', dejando de lado su idea de conseguir un hombre que le mantuviera, después de todo era muy orgulloso para volver a humillarse así.

De repente el joven zenin empezó a presentar malestares en su cuerpo, no soportaba los olores fuertes, ciertos alimentos que antes podía comer a montones ahora le hacían vomitar, sufría de repentinos mareos.

Era un momento de la tarde donde los clientes que llegaban eran pocos, así que los dos chicos charlaban en la pequeña bodega de la cafetería.


— No me digas que estas bien, porque es obvio que no lo estas ¿has ido a ver a un doctor? — Choso le pregunto serio.

— No, no he ido...

— Tú salud es algo importante, hazme caso, ve a realizarte un estudio medico... si no después puede que sea tarde.

— ¿Siempre tienes que preocuparte tanto...? — Naoya cansado dio un gran suspiro mientras recargaba su cuerpo en la pared.


...


Sentado en una silla de espera, Naoya miraba uno de esos folletos médicos que le entregaron al entrar al hospital, era la semana de vacunación, pero el no estaba hay para ponerse alguna vacuna. Se levanto cuando fue llamado por una enfermera, entrando al consultorio, pudo observar a un doctor leyendo unos papeles, luego el doctor le hizo unas cuantas preguntas, resultándole extraño aquellos síntomas, luego lo llevo a un lugar del hospital donde se realizaban ecografías pensando que se podría tratar de algún tumor en el estómago. La sorpresa del médico fue grande cuando miraba la pantalla, ya que en el expediente del joven su condición afirmaba que siempre había sido la de un beta.


— Usted... Usted esta embarazado.

— ¿Qué...? — apenas alcanzo a reaccionar molesto. — ¡¿Qué?! ¡Eso es imposible!

— La ecografía no miente, es claro que estas gestando aún pequeño ser.

— ¡No! ¡Lo digo enserio, siempre he sido un beta toda mi vida! — Se sentó sobre la camilla donde estaba acostado.

— Existen casos muy extraños donde el desarrollo de las castas se presenta a muy temprana edad, o también como en tu caso es un desarrollo muy tardío, probablemente creíste que eras un beta cuando en realidad tu condición era la de un omega.

— ¡Ahg, no me diga eso, doctor!

— Si... así son las cosas... así que ahora te redirige con un especialista para darle seguimiento a lo de tú embarazo, y también por si deseas saber más sobre tu nueva condición. — el doctor fue compresivo, pero sentía algo de pena por el chico.


Devastado por la noticia, volvió a su departamento, llamando a su trabajo el día siguiente quería tomarse todo el día libre para asimilar su situación, mintió diciendo que tenía gripe, y se quedó en casa, arropado con sus cobijas sobre la cama. No podía dejar de llorar, pensando en lo que tendría que hacer después, nunca pensó que la vida le castigaría de esa forma tan horrible. Ahora todo tenía sentido, los días donde la frecuencia de alfas en la cafetería le parecían los días más insoportables de todos, las nauseas y el olor que ahora percibía en el aire le parecía bastante intenso, estaba empezando lentamente a desarrollar las cualidades de su casta verdadera.

Al terminar su jornada de trabajo Choso fue a visitar a Naoya, llevándole un poco de sopa con pollo, quería saber que sucedió en el hospital, que era lo que el médico le había diagnosticado.


— ...Y eso fue lo que paso... siempre he sido un omega, solo que hasta ahora he presentado señales de serlo... ¡es horrible, además estoy embarazado! ¡No estoy listo para tener un hijo, no quiero! — su rostro molesto ahora era de tristeza, comenzando a sollozar. — ...no quiero...

— Oh... — Choso lo miraba con tristeza, debía ser duro estar en esa situación. — Pero ¿y el padre? ¿no estas en contacto con él?

— No sé quién es... — Mintió, no quería saber nada del hombre que lo embarazo, ni siquiera mencionar su nombre. — Fue todo en una noche de borrachera... Pero realmente no me siento listo para esto, ¿Cómo voy a mantener a un hijo si apenas puedo costear mi vida? — Se toco el vientre.

— Entonces... deberías interrumpir el embarazo, si crees que eso sería lo mejor para ambos.

— ¿Puedo hacer eso...? — Naoya se secaba las lágrimas con una mano.

— Claro, aún estas a tiempo... de hecho, conozco una clínica donde pueden atenderte, es seguro y... estarás bien. — el pelinegro le dio una sonrisa compresiva.

Mi destino es estar a tu lado. ♡  | Toji x Naoya |  Jujutsu Kaisen दिलDonde viven las historias. Descúbrelo ahora