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Querido Diario,

¡Hoy ha sido un día increíblemente emocionante! Después de escribirle una carta a Isaias, mi amor secreto, nunca imaginé que tendría la oportunidad de hablar con él. Pero, para mi sorpresa, me encontré con él en el parque esta tarde.

Cuando nuestros ojos se encontraron, mi corazón empezó a latir tan fuerte que pensé que saldría disparado de mi pecho. Él se acercó tímidamente y me saludó con una sonrisa tímida en su rostro. Me sentí tan nerviosa, pero también emocionada por finalmente poder hablar con él.

Empezamos a conversar sobre cosas simples al principio, como el clima y los estudios. Pero poco a poco, la conversación se volvió más profunda y personal. Compartimos nuestras pasiones, nuestros sueños y nuestras esperanzas para el futuro. Fue maravilloso descubrir que tenemos tanto en común.

Isaias me contó sobre sus aficiones y yo le hablé de mis poemas y cartas que escribo en mi diario. Me escuchó con atención y mostró un genuino interés en mis pensamientos y sentimientos. Me sentí tan cómoda y segura hablando con él, como si nos conociéramos desde siempre.

A medida que pasaba el tiempo, nuestras risas llenaban el aire y nuestras miradas se volvían más intensas. Fue en ese momento que supe que había una conexión especial entre nosotros. Era como si nuestras almas estuvieran bailando al ritmo de la música del amor.

Cuando llegó la hora de despedirnos, nuestras manos se rozaron y sentí una corriente eléctrica recorrer mi cuerpo. Me prometió que nos veríamos de nuevo y que continuaríamos nuestra conversación. Caminé a casa con una sonrisa en mi rostro, llena de alegría y anticipación por lo que el futuro nos depara.

Querido diario, hoy ha sido un día inolvidable. Me siento emocionada por esta nueva etapa en mi vida y por el amor que está floreciendo entre Isaias y yo. No puedo esperar para ver qué nos depara el destino.

Hasta mañana,
Jennifer

 

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