3 : Ojalá durara años

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Era miércoles después de clases, y también era el último día de entrenamiento del equipo de beisbol, en dos días tendrían el partido final y era claro que todos estaban muertos de miedo, porque además sería la primera vez que lograban llegar a las finales.

Yo no era parte del equipo, era claro, pero era la mascota y si tener burlas en los pasillos no era suficiente, también tuve que soportar por usar una botarga de oso en todos los partidos.

Cuando entro a los vestidores todos se quedaron en silencio apenas abrí la puerta y se dieron cuenta de quien era, al menos ya no salían corriendo como las primeras veces, era como si pensaran que podría enamorarme de ellos, por supuesto, eso jamás podría pasar, no cuando al único chico para el que tenía ojos era el lanzador estrella, Jungkook.

Camine hasta el casillero del fondo, comencé a guardar mis cosas, la mascota no era necesaria para los entrenamientos, pero aun así debería de estar presente en la mayoría de lo entrañamientos, algo fastidioso y siempre creí que era una parte de castigo.

—Hey Kim, ya le pediste a tu novio Hoseok que te acompañe al baile de graduación.

Aprete la mandíbula, era Song Eunmin, el peor de todos los chicos del equipo.

—¿Por qué querías pedírselo tu?

Respondí, ni siquiera sé cómo lo hice sin que me temblara la voz o saliera una voz mil veces más aguda, y las risas de pronto aparecieron.

—En realidad, me preguntaba quién de los dos usara el vestido.

—Te interesa o no quieres que el color de mi vestimenta opaque el tuyo.

—¿Hoy estas un poco respondón no lo crees Kim?

Lo mire desafiante, al menos lo que lograba fingir sin que notara como mis piernas temblaban y mi labio inferior se movía.

—En realidad creo que el rosa te quedaría perfecto, podrías decirle a tu madre que te acompañe a comprarlo y de paso un cerebro.

Lo vi dejar sus cosas con fuerza y dar pasos largos hacia mi dirección, tan furioso que yo estuve a punto de echarme a correr a cualquiera lugar, no quería terminar con un puñetazo en el ojo como la última vez.

—Hey deberías de dejar de molestar, tenemos un partido lo olvidas, enfoquémonos solo en eso, es lo importante.

La voz de Jungkook lo interrumpió mientras se parada de su asiento y lo tomaba del brazo alejándolo de mi dirección.

—Escuchaste lo que dijo Jeon, ¿vas a defender a tu amiguita?

—No tenemos tiempo para dedicarlo a esto, ¿de acuerdo? — advirtió a todos mientras los miraba furioso, y eso también me incluía—. Debemos entrenar, lo deberías de saber mejor que nadie Eunmin.

Vi retroceder a Eunmin y volví a respirar, aunque eso no dejo de lado la mirada furiosa que se mantuvo de Jimin, que se mantenía en silencio desde el otro extremo, luego todos comenzaron a salir.

—Son unos tontos —me dijo Jungkook desde el marco de la puerta.

—También esta tu hermano.

—Sí, el también es un tonto.

—Gracias, hubiera terminado con un ojo morado como la última vez.

Asintió moviendo la cabeza.

—Y eso no se te vería nada bien Taehyung, nos vemos luego.

Sonrió como solo el podía hacerlo, haciendo que todo a su alrededor se iluminara , luego se echó a correr para alcanzar a los demás.

Me quede unos minutos más, sabía que esta era de las ultimas veces que estaba aquí, al menos esperaba que en la univocidad fuera todo diferente, debían ser más maduros, ¿lo eran cierto?, Seokjin, un excompañero decía que lo era, que ahí no importaban mucho esas cosas, al menos no en ciudades como Seúl.

Canciones de media noche | Taekook ° kooktaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora