our history - percy jackson (pjo)

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"the mission's offer"

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narrador en primera persona;diana

La brisa del viento se sentía cálida y mis pies tocaban algo blando.Estaba en la playa.Una mujer estaba sentada sobre la arena,vestía un vestido blanco de lino,sus rulos se movía junto con el viento.Era una escena realmente hermosa de ver.
—Acércate cariño,deberías ver esta preciosa vista-dijo dulcemente la mujer.
—¿Mamá?-pregunté confundida dando pasos hacia donde ella estaba-¿Cómo es posible? Tu estas muerta-no entendía nada de lo que estaba pasando.
—En los sueños todo es posible,Di-respondió con una sonrisa encantadora.
–Te extraño-solté una lágrima-Thomas también,él nunca volvió a mencionarte pero se que todavía siente dolor-le hablé.
—Lo sé,cariño-dijo ella mientras colocaba su brazo en mi hombro re confrontándome-Las personas tenemos distintos procesos cuando perdemos un ser querido-concluyó-Ahora escucha,no tengo mucho tiempo.Obtendrás una misión con otros tres chicos,vas a tener traición en esa misión,por alguien que llamas familia-advirtió mi madre.

—¿Qué?¿Quién?-pregunté dudosa.
—No puedo decirlo,las cosas tienen que pasar por si solas.Si te lo cuento,los hechos pueden cambiar para mal-contestó la mayor.
—¿Por qué me lo adviertes?-pregunté mirándola a sus bellos ojos marrones.
—Mi deber es cuidarte,sea en forma física o no lo sea-respondió mientras se esfumaba con la brisa del viento-Ahora tienes que despertar,hija-se despidió.
—¡Espera! ¡Mamá!-exclamé tratando de evitar que desapareciera-Te amo-susurré mientras todo se volvía negro de nuevo.

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narrador en primera persona;percy

Oí sonido de pezuñas en la puerta, un carnicol que pisaba el umbral.
—Pasa.
Grover entró trotando, con aspecto preocupado.
—El señor D quiere verte.
—¿Por qué?
—Quiere matar a... Bueno, mejor que te lo cuente él.
metido en un lío gordo.
Me vestí y lo seguí con nerviosismo, seguro de haberme metido en un gran problema.Hacía días que llevaba esperando que me convocaran a la Casa Grande. Ahora que había sido declarado hijo de Po-seidón, uno de los Tres Grandes dioses que habían acordado no tener hijos, supuse que ya era un crimen seguir vivo. Sin duda los demás dioses habrían estado debatiendo la mejor manera de castigarme por existir, y el señor D ya estaba listo para administrar el castigo.Por encima del canal Long Island Sound, el cielo parecía una sopa de tinta en ebullición. Una cortina neblinosa de lluvia se aproximaba amenazadoramente.

—¿No necesitaremos un paraguas?-pregunté
—No -contestó Diana sumándose con nosotros en el camino—. Aquí nunca llueve si no queremos.
Señalé la tormenta.
—¿Y eso qué demonios es?-cuestioné con una ceja alzada.Diana miró incómoda al cielo.
—Nos rodeará. El mal tiempo siempre lo hace-respondió la castaña manteniendo su mirada fija en el camino.Supongo que tiene razón.Sinceramente estaba sorprendido de que me hablara,después de nuestra pelea no hemos vuelto a hablar en días.Ella simplemente pasaba a mi lado ignorándome.Pero no era el único en esa situación,ella se estaba compor-tando de igual manera con Mathew.