•◦࿔*:･ﾟ☼sun and sea࿐*:･ﾟ─ ✧ Ben Beast🧸

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CYRA NUNCA PENSÓ en una vida lejos de la pequeña isla de los perdidos, ahí estaba su vida, su familia y sus amigos.
¿Cómo podría abandonar todo eso? Pero su hermana Uma no pensaba igual.
Ambas hermanas criadas bajo una crianza carente de principios o si quiera buenos valores pero con el deseo de Úrsula presente sobre que alguna de sus hijas salga y encuentre la forma de romper la barrera. Quien diría que ese deseo se cumpliria por otro deseo de un benevolente príncipe.

Era un día normal en la isla de los perdidos, buscando formas de pasar el tiempo.
Era una rutina que Cyra pasará el día con sus ¿amigos malvados?
A diferencia de su hermana, Cyra había logrado caer bien a Mal y a su pandilla, la pandilla más malvada de lo malvado.
Mientras perdíamos el tiempo, la gente empezó a dispersarse con pánico como las cucarachas cuando se sienten en peligro. Todos sabíamos que era la señal de la mujer con cuernos.

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Vaya que esa mujer sabía cómo generar impacto o lo que sea que haya sido eso. Siempre que la veía me causaba un escalofrío en los huesos, como si su mirada te hiciera querer correr lejos.

— Hola mamá — Saludo mal la cual acaba de cumplir una de sus más grandes hazañas. Quitarle un dulce a un bebé, nótese el sarcasmo.

Maléfica sonreía mientras nos examinaba a cada uno, como si pudiera ver algo que ninguno vio en los espejos rotos de la isla.

— Mira, se lo robe a un bebé — La pelimorada muestra la paleta gloriosa.

—  Esa es mí chiquita cruel.— acto seguido toma la paleta escupiendola y llevándoselo a la axila. Ustedes dirán una villana magistral, yo digo un asco. - Devuelveselo al horrible niño.

Mal quiso poner resistencia pero su madre le dio una de esas clases exprés sobre la diferencia entre ser mala y diabólica. Y claro recordándole que debe ser exactamente igual a ella

— ¡oh! Novedades, casi lo olvido.

Todos nos miramos curiosos

— Los cinco fueron elegidos para ir a otra escuela... En Auradon.

Todos quisimos huir de ahí lo más rápido que nos permitían las piernas pero rápidamente fuimos interceptados por los hombres que siempre iban con Maléfica las pocas veces que salía de su torre.

— No es quien para decidir por nosotros. — me enfrente a la mujer la cual tomo mí rostro en su mano apretándolo con fuerza.

— Pero soy la que sabe lo que es mejor pescadito — Me soltó bruscamente para luego mirar a Mal.

— No pienso ir a un internado de princesitas primorosas.

— ¡Y príncipes lindos! — Interrumpió Evie con una sonrisa soñadora.

— Y además yo no uso uniforme — Sonríe Jay para luego agregar. — A menos que sea de cuero de verdad, usted entiende.

Carlos se acerca a Maléfica.

— Yo leí en algún lado que en Auradon tienen perros. Mamá dice que se comen a los niños que no se comportan...