•◦࿔*:･ﾟ☼sun and sea࿐*:･ﾟ─ ✧ Ben Beast🧸

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ERA MOMENTO de ir a los dormitorios.
Todo parecía un verdadero cuento de hadas, la luz entraba por las ventanas dando un toque acogedor a la habitación, también olía a un olor dulce que me hizo arrugar la nariz por lo fuerte que era.

- Esto es tan...- Evie comenta emocionada pero es interrumpida por Mal la cual no puede sacar esa mueca de disgusto de su cara.

- Espantoso - Completa la frase para luego acercarse a las ventanas.- Cyra, las ventanas.

- Si, es tan asqueroso. - Evie pone una mueca de asco completamente falsa

Me acerco también para cerrar las cortinas, la verdad que la luz te molesta después de la primera impresión.

Me acosté en la cama, era tan cómoda que querría vivir el cuento de la bella durmiente en aquel colchón.

- Podría acostumbrarme a esto chicas. - Admito con una sonrisa mientras que Mal se encontraba desconcertada.

- Vinimos aqui por la varita del hada madrina, que no se les olvide ¿Entendido?

- ¿De qué hablas? ¿Para qué demonios necesito la varita de esa mujer?

No entendía el plan, obviamente sabía que vendrían con algún plan pero no estaba comunicada de aquel robo.

- Mi madre, nos pidió robarla. Romper la barrera y liberar a los villanos.

- Entendido... - Miro hacia una de las ventanas cerradas y me acerco a ver el paisaje.

Ahí estaba Ben y su novia que nos detesta, ambos parecían enojados.
Nunca me meti en problemas ajenos y menos en los asuntos del corazón pero era imposible no preguntarme qué hacía Ben, un heredero al trono, tan benevolente y sacrificado para darle un buen futuro a Auradon con una chica que expresa muy bien su único anhelo. Ser reina.

☆

Después de una buena siesta decidí caminar por los jardines que ofrecía la preparatoria. Los chicos estarían en el cuarto de Jay y Carlos buscando la varita lo cual me parece tan divertido como la pesca.

- ¡Cyra! - Una voz ya conocida estaba detrás de mi, llamándome.

- Oh príncipe Ben. - Detengo mi paso para ver al agitado chico recomponer un poco de su aire y estabilidad cardíaca.

- ¿Cómo estás? ¿Te sientes cómoda en Auradon? ¿Les gustó la habitación? - Las preguntas llegaron a mi una tras de otra, me dió risa.

- Em ¿Si? - Este solto algunas risas. Su risa era tan melodiosa que no pude evitar reírme tontamente.

- Quiero que se sientan cómodos. - Este siguió caminando mientras yo caminaba junto a el.

- Lo estamos, la verdad es que hasta una habitación sin ventanas y solo con un colchón en el suelo hubiera bastado para ser mejor que la isla.

- Debió ser difícil. - Este me mira y yo solo puedo asentir con la cabeza ante su mirada impotente.

Fue tan extraño, ya que no siente pena por mi, pero siente impotencia de no poder hacer nada por la isla.

- Si, bueno. Ya sabes, nadie vive en la isla. - Le sonrió mientras juego con mi collar.- Solo sobrevivimos...

Ben deja de mirarme y asiente en silencio como si estuviera pensando algo.