Cuando Sueño aceptó reunirse con Muerte en aquella taberna de mala muerte a finales de 1389, nunca imaginó que su historia con Hob comenzaría allí. Mucho menos sospechó de los verdaderos planes de su hermana.
...
Luego de terminar su última relación (un completo fracaso) Muerte decidió que su hermano necesitaba aires nuevos, por lo que le invitó a pasar un poco de tiempo en el mundo de la Vigilia. Cuando Sueño pensó en "aires nuevos", no consideró un roñoso bar oscuro lleno de personas ruidosas.
A diferencia de Muerte, a Sueño no le gustaba estar rodeado de personas. Le gustaban sus sueños, lo que podían imaginar, el nivel de creatividad que le inspiraba, pero no pasar tiempo con ellos. Eran asquerosos, maliciosos, hundiéndose en problemas tan insignificantes ante la mirada de un dios como él, llenando el lugar de murmullos y risas se borracho.
Muerte le presume que al menos ella sale a conocerlos, asegurando que es bueno verlos con una perspectiva humana en lugar de como dioses.
Sueño cree que es una inútil pérdida de tiempo, pero de igual manera acepta la cerveza que ella pide para él, escuchando como asegura que sabe mal luego de beberla.
Él no piensa hacer eso, no importa cuánto quiera a su hermana mayor. Abandona la bebida en el primer lugar que ve, siguiéndola mientras escucha a los hombres hablar sobre lo malo en el mundo, ahogándose en sus bebidas amargas de mal sabor.
Y es aburrido, Sueña se cuestiona su presencia allí, preguntándose por qué aceptó tal oferta de su hermana en lugar de estar en su Reino, molesto por otro amor pérdido y las infinitas reuniones con hadas.
Pero entonces...
—Yo he visto a la muerte —un hombre dice a sus compañeros, llamando la atención de ambos hermanos. —La muerte es... estúpida. —asegura con una arrogancia sólo digna de un humano. —Yo no voy a morir. —decide como un niño, seguro de poder ignorar el orden natural de la vida porque la muerte es innecesaria y él la rechaza.
Los hombres se ríen de su idea, burlándose de una tontería de tal magnitud, asegurándole que la muerte viene por todos.
—¿Por qué, cualquier criatura sensata, desearía una eternidad de esto? —Sueño se acerca para susurrar a su hermana, entretenido con la conversación.
—Podrías averiguarlo. —Muerte dice con una mirada de la que se desborda una idea.
—¿Cómo? —Sueño sonríe sospechando de su hermana.
—Yo, le cumpliría su deseo.
—Hazlo, he implorará la muerte en menos de cien años, te lo aseguro. —la mirada de Sueño es desafiante.
—Esto va a ser muy interesante. —Muerte acepta la apuesta. —¿Se lo dices tú, o se lo digo yo? —ambos ven hacia el hombre que acaban de condenar sólo por diversión.
—Yo se lo diré.
—Como gustes, hermanito. —Muerte ve a Sueño acercarse a los hombres, sonriendo. Morfeo había caído en su trampa, era tan sencillo engañar a su pequeño hermano.
...
Rodeado por sus amigos en aquella mesa de madera antigua, Hob, como le dicen, se burla de la muerte. No creía en ella como los demás, se negaba a aceptar que tenía un tiempo límite para disfrutar de la vida, para hacer lo que quería. Si fuera por él, la rechazaría sin dudar.
Entre risas y tragos, sus compañeros se quedan en silencio cuando ven a un hombre acercarse.
Cuando Hob voltea la cabeza y alza la vista, también queda sorprendido.
Se notaba que era un hombre con dinero, sobresaliendo en un lugar como esa oscura taberna de mala muerte, con aquella ropa fina de apariencia limpia y rostro pulido enmarcado por su cabello negro semi largo que se veía suave. Él no era para nada como ellos. ¿Qué hacía allí?
—Te escuché decir que tienes intenciones de no morir nunca. —dice con una voz suave digna de un sacerdote o Padre.
Hob tarda en responder pensando en aquellas tonterías superficiales, notando que el hombre espera que diga algo. —Si, si. Es correcto —ríe por un extraño nerviosismo que se desliza por su garganta.
—Debes decirme qué se siente. —el hombre dice con una sonrisa suave que denotaba burla, pero Hob no se da cuenta. —Encontremonos aquí de nuevo, Robert Gadling. —sin embargo, se pregunta cómo sabe su nombre. —En la taberna del Caballo Blanco, dentro de cien años.
Los hombres en la mesa, quienes han estado escuchando con atención se burlan luego de escuchar tal tontería, creyendo que es otro loco al igual que su amigo.
Pero Hob no lo cree, es el único que nota la mirada llena de seriedad de este hombre misterioso, haciendo que su piel se erice.
—No prestes atención —Gadling se refiere a sus amigos. —En cien años exactamente, en este día. —acepta aquella locura, recibiendo un pequeño asentimiento del hombre ante él. —Entonces nos veremos en el año del Señor en 1489. —declara con una sonrisa burlona, viendo al hombre irse sin más.
—¿Y ese quién era, Hob? —uno de sus amigos pregunta.
—No lo sé, pero —bebe de su cerveza— ¿Saben qué? Le preguntaré en cien años.
Y la mesa vuelve a estallar en ruidosas risas, Hob uniéndose a ellas. Pero, mientras sus amigos hablan, él sólo tiene en mente aquella persona intrigante. Preguntandose, si realmente le volvería a ver.
Aquel día sería marcado no sólo como el más extraño, sino como el inicio de una nueva vida para él.
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En cada época [Dreamling]
FanficSir Robert Gadling y Sueño de los Eternos se conocieron en 1389, pasando una variada cantidad de situaciones que los guiaron a la actualidad, donde viven una sencilla relación de amantes cuando Morfeo no está intentando salvar el mundo o Hob se ahog...