2. Ira

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Desperto en su habitación, con una cruda moral y física. Escucho como alguien llamaba a su puerta, tocando insistentemente, se levantó despacio notando hematomas en sus piernas y un dolor punzante en su trasero, a su mente vino un flashback de todo lo que había pasado en la noche.

Ese gemido de Alastor con la expresión de placer puro.

Abrió la puerta encontrándose con Husk y una charola de comida.

—  Angel, estuve buscándote toda la noche por el antro y calles, hasta que Cherri me dijo que habías vuelto al hotel, te traje de desayunar.

— S-si, volví es que ya no estoy para esos momentos de locura ya sabes — río nervioso, rascando su cuello, cosa que notó Husk. — Gracias guapo, haciendo esto me haces pensar que te gustó.

— Angel — Le dió una advertencia

— Está bien, está bien — Suspiró — Iré a desayunar, una vez más gracias — Husk asintió dándose la vuelta para volver al bar del hotel.

Cerro la puerta despacio y dejó la charola en su tocador. Se miró al espejo analizando el chupetón en su cuello y las marcas que tenía en todo su cuerpo, claro, aún no lo podía creer, se había acostado con Alastor, nadie se lo iba a creer.

Bajó a la sala principal después de maquillar las pruebas y ponerse ropa limpia para encontrar vacío el lugar.

¿Dónde estaban Charlie y Vaggie? Normalmente el padre de Charlie no bajaba, se quedaba en su estudio, Husk no estaba, siempre anda en la bodega buscando nuevo licor. Se acostó en el largo sillón revisando sus mensajes, lo cientos de Valentino.

— Angel

El actor gritó asustado encontrándose a Alastor frente a él, apareció entre sus sombras de la nada.

— ¡Puta madre! ¿Por qué siempre llegas de la puta nada? — Alzó la voz, frunciendo sus cejas molesto.
Aunque esa molestia se fue cuando vio al demonio rojizo tener un semblante sombrío lleno de ira.

— Lo que paso ayer, nadie, escucha bien esto y que tú cabecita blanca se lo grabé ¡Nadie! Debe saber que pasó, si me llegó a enterar que lo sabe una alma, te voy a descuartizadar lentamente para que tú agonía sea lo más larga posible ¿Entendiste?

Tragó saliva nervioso, asintió con la cabeza sin decir nada más.

— Encantador como siempre, sigue así.

Alastor le sonrió amablemente, volviendo a desaparecer. ¿Que había sido eso? Sintió la vibración de su teléfono, era Valentino, aquí vamos de nuevo con las ahora amenazas de su jefe, parece que en todo el infierno les gustaba amenazarlo.

Es ahí donde Angel se encontraba totalmente desesperado. Se repetía una y otra vez la manera en la que Alastor lo iba a asesinar tan dolorosamente.

Carajo.

Alzó de nuevo la pantalla de su teléfono para reproducir el vídeo, ese vídeo tenía cientos y cientos de comentarios y reproducciones, comentarios depravados y vulgares hacia ellos. No era un alma eran millones pajeandose con su video íntimo.

Al ponerse los audífonos y reproducir, vió como le daba una mamada a Alastor mientras el mismo se masturba, acto seguido él estando de espaldas inclinado en su pecho sobre el escritorio con el trasero levantado hacia Alastor quién estuvo dándole sin ninguna clase de cuidado o piedad, con la siguiente toma de él sobre Alastor sentado en una silla, saltando sobre el miembro del demonio de la radio y este mismo repartiendo besos por el largo cuello de Angel.

Y la última, dónde fue el orgasmo de ambos.

Las escenas donde están compartiendo besos íntimos y eróticos. Los gemidos de Angel suplicando que lo lastimara, que lo cogiera, suplicando por más.

GRABANDO - RADIODUST Donde viven las historias. Descúbrelo ahora