5. Vox.

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La primera vez que lo vio realmente noto el potencial que llevaba. Le serviría mucho en su equipo y estaba seguro que sería el imperio más fuerte de todo el infierno. Por supuesto eso no fue posible porque en cuanto le dio la propuesta Alastor solo respondió.

“ Lo siento, trabajo solo ”

Su sangre hirvió. ¿Lo había rechazado? Se dedicó a ensuciar la reputación de Alastor pero nada de sus planes había sido lo suficientemente bueno hasta que intervino Angel Dust. Escuchaba por cualquier lugar como los demás pecadores inferiores le habían perdido el respeto a Alastor, comentarios de que se le veía que aquel curioso personaje le gusta la polla, estaría estupendo pasar una noche con él y ver de que lo era capaz en la cama, si había complacido lo suficientemente a Ángel.

Lo había logrado, no de la manera que pensaba pero lo logro.

Su vista se dirigió a Valentino, peleando con unas de sus empleadas por no haber llegado a tiempo a sus llamados, sus ojos viajaron hasta el cartel de Ángel en una de sus tantas películas. Ese cretino flacucho.

¿Cómo es que había logrado llamar la atención de Valentino y Alastor? ¿Que era lo que tenía ese ser? Por más que pensaba en algo que a él le llamaría la atención, no encontraba.

Reconocía que tenía un estilo demasiado femenino y delicado. Pero vamos, eso lo tenían muchas y muchos en tantos lugares.

Cuando conoció a Alastor, sintió unos retorcijones de nervios ¿Nervios? Esa emoción solo la había sentido hacia Valentino, algo había cautivado a Vox cuando vio al demonio de cabellera rojiza.

Su personalidad de caballero, elegante, sin llegar a lo vulgar o incómodo, algo demasiado lejos de Valentino, quien era extravagante, un poco vulgar y exasperante. Había aceptado que Valentino estuviera sexualmente y afectivo con Ángel por un tiempo, hasta el proxeneta dejo de darle esa atención innecesaria y se dedicó a sobre explotarlo dentro de la industria.

Súplica el día que Ángel se vaya de ahí o acabe muerto, lo que sea le daba igual.

Pero ahora, los celos le invadían al saber que había logrado derritir la coraza de Alastor.

Un flash back paso rápidamente, poniéndolo tenso.

Alastor sentado frente a su escritorio, teniendo una sonrisa normal, no tan estirada, simplemente relajada. Admiro sus orejas esponjosas y como las movía cuando hablaba de algo que le causaba emoción extrema. Su bastón micrófono cayó al suelo, haciendo un eco por la oficina.

— Oh, lo siento — Menciono Alastor, parando de hablar del tema anterior para levantarse y agacharse por el bastón, su saco se levantó un poco mostrando la cola de ciervo, roja con negro, bastante oculta bajo ese saco. Apretó sus puños bajo el escritorio, tuvo una erección al instante.

— ¿Y bien? ¿Que es lo que querías decirme?

Volvió a tomar asiento, sacudiendo polvo falso de su ropa.

Vox parpadeo tratando de que no note su nerviosismo.

Carraspeo para continuar.

— Escucha. Se que ...

La puerta se abrió abruptamente, viéndose la figura de Valentino, serio y con su cigarro entre sus dedos saliendo ese humo rosado.
Valentino sabía que a Vox le atraía de sobremanera ese ciervo, no dejaría que pasará nada más de los negocios en mente.

— Si, interrumpí algo. Solo quería estar mezclado en los negocios — Valentino camino con un toque coqueto hasta Vox, poniéndose detrás de la silla en donde el demonio televisión se encontraba sentado, bajo su mirada hasta el bulto del pantalón de su “ Pareja ” dándose cuenta de lo que sucede. Miro a Alastor sonriente y estresado de que esos dos no hablarán.

Frunció el entrecejo, celoso.

— Alastor, creo que otro día este bombón te dirá el trato que tenemos para ti, surgió algo más importante, nuestro actor más reconocido ha ganado un premio al sex sex word — Señalo al cartel de Ángel de espaldas, solamente mostrando su silueta.

— Bieeeen. Espero que la próxima vez seamos más directos, queridos — Se puso de pie con una notable molestia. Maldición. Si no fuera por qué necesitaba observar a ese dúo. Ya se hubiera retirado desde horas atrás.

Esa tarde Vox se la paso discutiendo con Valentino durante horas ante los celos contra Alastor.

Vox abrió sus ojos una vez que acabo el recuerdo y se topo con la fotografía que tenía de Alastor con un cuchillo clavado en ella.

.

Ángel sonrió divertido sentado sobre Alastor.

— ¿Y bien? ¿Me dejaras tocarlas?

Venía suplicando lo mismo desde hace horas. Habían pasado toda la noche juntos.

— Nadie las toca.

— Por favooooor. ¿Que quieres a cambio? Se que eres un hombre de negocios.

— Oh, darling. — Lo sujeto del mentón, dando un vistazo a las pecas rosadas de sus mejillas —  Te dejaré, con la condición de que sea la última vez que me lo pidas.

Escucho ese chillido emocionado de Angel, cuando sintió las manos principales del chico en sus orejas su primera reacción fue alterarse, se sintió muy bien, era delicado y su piel era igual de suave que el pelaje de sus orejas. Dio un suspiro que hizo reír a Ángel complacido de que lo estuviera disfrutando. Alastor recargo su mejilla en el abultado pecho de Ángel mientras esté seguía brindando caricias cálidas a sus orejas. Desde que había vuelto, no había salido de la habitación del actor y nadie más sabía de su presencia o al menos solo uno.

Husker.

Quién detrás de la puerta, podía escuchar la voz de Alastor. Tenía tenso el cuerpo y algo inexplicable pasaba por sus emociones. ¿Ángel y Alastor estaban nuevamente juntos? Esa pregunta le dio un mareo. Lo único que atinó hacer fue dar unos pasos atrás y caminar por el solitario y largo pasillo del hotel con las orejas bajas.

.

Charlie nuevamente acomodo el florero que se encontraba como adorno en el centro de la mesita. Sus manos sudaban.

Una mujer alta, de cabello rubio, entro con una sensación extraña en su pecho, se había vuelto a poner ese collar de perlas que dejó de usar cuando se separó de Lucifer. Era una ocasión especial.

— ¡Mamá! — Gritó Charlie, a la chica le salieron lágrimas de felicidad, abrazando a su madre quien fue recibida con gusto.

— Te extrañe mucho amor mío.

— ¿Dónde habías estado? — Pregunto Charlie aún abrazando a su madre. Lilith acaricio el largo cabello de su hija, idéntica a su padre.

— Siempre estuve aquí, solo que estaba pensando mejor la situación con tu padre, pero leía todos los mensajes que me dabas, vi ese comercial de tu hotel por televisión.

Charlie sintió un inmenso amor por su madre, aunque no la haya visto por un tiempo, sabía que su madre siempre estaba ahí para ella. Hasta que una corriente eléctrica le atravesó su buen momento.

— ¿Mamá?

— ¿Sí?

— ¿Nunca fuiste al cielo?

Lilith levantó su ceja confundida.

— No cariño, siempre me mantuve en el infierno, no puedo subir así como así, el castigo fue igual para tu padre como para mí.

Charlie sintió como su rostro se ponía pálido.

— ¿Entonces quien ha estado en el cielo diciendo que eras tú?

GRABANDO - RADIODUST Donde viven las historias. Descúbrelo ahora