13. Pertenencia

352 42 0
                                    

13. Pertenencia.


Eva una vez más volvió a repasar aquel recuerdo que le llenó el corazón de odio. Lilith siempre fue deseada por su antíguo esposo «Adam» lo sabía y odiaba eso, no tuvo suficiente con quitarle la atención de su pareja si no que también un ángel se enamoró y a pesar de ser desterrada como ella, tuvo poder y una familia deseada. Los hijos y descendencia de ella tuvieron que cargar con su debilidad, por su humanidad.

— ¡¿QUE ERA LO QUE CREÍA ESA PERRA!?

Eva enfureció y aventó la copa que estaba bebiendo a una de las paredes. Lute permanecía seria, sin ninguna clase de expresión. Había caído en cuenta que Lilith jamás estuvo ahí, Eva desde su destierro había encontrado la forma de volver y hacerse pasar por la antigua reina del infierno.

— Es la misma estupidez que su hija, solo que más buena — Respondió.

Lute había quedado muy afectada después de la muerte de Adam, de verdad admiraba y estimaba mucho. Ahora sin su presencia constante sus días se habían vuelto grises. Observó la ausencia de su brazo, en un arranque de desesperación tuvo que sacrificar. Varios motivos por el cual no había echado de cabeza Eva, alguien debía detener los planes anti naturales de la familia Morningstar e iba a usar todas las armas para lograr sus objetivos.

— ¡Estaba prohibido! No podía, yo solo quería... Que mí jodido esposo me mirara a mí.

— ¿Que avances a tenido ese demonio llamado Alastor?

— Ah, hasta ahora solo está entretenido con la princesita. Necesito que acelere y necesito encontrar un punto que lo presione. Aunque, hizo un trato con ella hace un tiempo, eso puede ser de ayuda.

— ¿Habías mencionado que sale con otro demonio súcubo? Es interesante.

Lute tenía que presionar su venganza disfrazado de acto de justicia. Por qué no solo Eva quería ver destruida a Lilith y su familia.

Angel despertó con la respiración agitada. Le dolía su cabeza y se sentía confundido.

— Fue un sueño — susurro para si mismo, su entorno no era la habitación del burdel, era la cabina de radio de Alastor y no estaba en una cama si no en un sofá grande  — ¿Que caraj...

— ¡Angel! Despertaste ¿Que tal ese descanso? Supongo que te lo merecías.

— Explícame, ¿Que hiciste con el cabron que estaba conmigo y como entraste?

Alastor transmitió una pequeña interferencia, mientras se tensaba.

— Trucos que encontré. No te preocupes, ese sujeto no existe.

— ¿Que está pasando, como que no existe, que mierda? ¡Valentino va a castrarme! En cuanto se entere que no estoy dentro de la zona ni trabajando para pagarle.

— A eso voy, amor. Te tengo una propuesta y es válida, la estuve investigando entre los overlords. — Alastor respiro profundo antes de soltarle la propuesta — Quiero que trabajes para mí, en si no tengo un puesto importante para ti ahora mismo pero necesito que estés disponible para mí cuando yo quiera. En resumen amigo mío, quiero una parte de tu alma a cambio de protección fuera del territorio de Valentino

Si su quijada no estuviera bien unida a su rostro, seguramente se hubiera caído por qué Angel no se esperaba semejante cosa.

— ¿Hello? Mí alma está en manos de Valentino, aunque aceptará no podría hacer el trato.

— No está completamente. Valentino posee una parte de ella por eso mismo no puede controlarte fuera de su zona, quiero lo que sobra de esa pequeña y rosada alma que tienes, ¿Aceptas? — Le extendió la mano y está comenzó a dar un brillo verdoso.

GRABANDO - RADIODUST Donde viven las historias. Descúbrelo ahora