35. Grabando

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35. Grabando

Meses después.

Charlie acabó de acomodar ese cuadro que no quedaba derecho, siempre tenía que estar chueco y por más que ya había hecho otro agujero en la pared, se inclinaba pero está vez había quedado como ella quería.

— Está lindo, cielo.

Vaggie llego a su lado observando el cuadro. Era una foto vieja que se habían tomado todos los primeros inquilinos y trabajadores del hotel, donde están Husk y Alastor con Sir. Pentious en ella, había mandado hacer una plaquita con la palabra «Fundadores» y ponerla debajo del cuadro que se ubicaba en la entrada.

Habían pasado meses desde que Eva se había ido de sus vidas, todo había mejorado, Charlie volvió a ciudad Pentagrama para reestablecer el Hazbin Hotel por segunda y única ocasión. Solo que ahora, habían habitantes que ya tenían una fé en ser rehabilitados y ya no lo veían como una burla, entre ellos estaban las hijas de Carmilla, que están seguras que su madre se había ido al cielo. Los padres de la princesa eran los nuevos administradores y gerentes como Vaggie.

— ¡Baxter!

Vaggie grito como reprimenda. Viendo al demonio pequeño con forma de pescado, agarrando instrumentos del hotel para hacer sus experimentos extraños. Era chistoso pero parecía que ese Baxter tenía un tipo de relación romántica con Niffty.

— Es tan raro ese sujeto.

Cherri volvió a dar un trago, se había quedado en el hotel para apoyar a Angel y sustituyó el puesto de barman en el pequeño bar que le pertenecía a Husk.

Charlie atrapó a Nuggets que era perseguido como juego por razzle y su gato.

— ¿Han visto a Angel? — Preguntó Charlie con preocupación, nunca dejaba a Nuggets solo por el hotel por el miedo que uno de los inquilinos le hiciera algo.

Angel dejó la taza de té que le había ofrecido la overlord. Le gustaba ir a visitarla a la zona caníbal, podía sentir que compartían el duelo de haber pedido a Alastor.

— ¿Como has estado, Angel?

Rosie se sentó frente a él. Era extraño, pero la araña ya no usaba su saco rayado, si no que portaba siempre uno color rojo que no mostraba su pelusa, lo vio poner sus brazos principales sobre la mesa.

— Mejor, la verdad ayudar a Charlie me distrae de mis pensamientos.

— ¿Sigues evitando el duelo, verdad cariño?

— Puedo sentir que él no se fue, Rosie.

Rosie suspiro pesadamente, le daba tristeza ver a ese chico alegre, bromista y coqueto en ese estado, en su dedo siempre traía el anillo de compromiso de Alastor.

— Es parte del duelo. Pero tengo algo para ti, no había querido dártelo para no causarte más pena pero, creo que mereces tenerlo más tú que yo — Rosie buscó en su armario una cajita color negro que fue recibida por el actor.

Al abrirla vió que era el traje que había confeccionado para Alastor.

— Me lo dió antes de que Eva fuera a atacar el hotel, me dijo que no quería que se estropeara porque lo usaría el día que pudiera casarse contigo, cuando te fuiste de aquí al círculo de la lujuria, ese día también fue a elegir el anillo que traes.

Las lágrimas se deslizaron con facilidad, cerró la cajita y la pegó a su pecho. Era muy difícil, nunca penso que fuera tan difícil vivir sin él. Extrañaba mucho sus apariciones repentinas, su repele a que lo tocarán, excepto él. Su manía de invadir el espacio personal de todos y quejarse todo el tiempo de la nueva tecnología de Vox.

GRABANDO - RADIODUST Donde viven las historias. Descúbrelo ahora