" Duxo es un chico universitario y de gran reputación. Aquino es un chico sin vista que siempre es rechazado por los demás, son completamente distintos, ¿Verdad? Sin embargo, el destino o casualidad, como quieran llamarle, ha decidido unir sus vidas...
Primero que nada, como pueden ver, voy a continuar la historia, fue un proyecto en el cual me esforcé un montón y que me gustaría acabar, después de la historia no volveré a escribir sobre este ship, no soy fan de cambiar de ship y seguir la historia así que por eso seguimos con el ship del inicio, para evitar toxicidad daré 3 puntos importantes que daré al inicio de cada capítulo.
• Evita dejar comentarios tóxicos.
• Después de este fanfic, no volveré a escribir otro con este ship.
• Si no estás de acuerdo con mi decisión de continuar, te invito a retirarte e ir a leer alguna cosa que te guste.
Solo eso, a las personas que decidan continuar leyendo les agradezco y a las que no, pues fue un gusto tener su apoyo en algún momento.
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Después de un día complicado, al fin Soarinng había llegado a su hogar.
Mentiría si dijera que no estaba adolorido, ya que sí lo estaba.
Locochon le había ofrecido llevarlo a casa, pero este se había negado, ahora se arrepentía de esa decisión porque tuvo que caminar varias cuadras para llegar, no quería gastar dinero de forma innecesaria.
"Debí robarme las pastillas de ahí, ahora tengo que aguantar dolor como pendejo" Pensó frustrado y, sobre todo, adolorido.
Cosa que Aquino notó, ya que lo escuchaba quejarse a cada rato.
Por el dolor, fue a sentarse en el sofá de la sala así que Aquino aprovechó para ir junto a él, conocía bien el lugar, por ello, no se tropezaba ni lastimaba.
——¿Te golpeaste? ¿Qué tienes?—se sentó junto a su hermano.
——¿Yo? Pues. . . no, solo estoy cansado y ya, no te preocupes.—respondió Soarinng, reposando su cabeza en el hombro de su hermano, cuidando de no apretar su mejilla.
——¿Seguro? Estás muy rarito.—no se convencía del todo.
——Muy seguro, Aquinin.
El castaño decidió creerle, la universidad debe ser agotadora, así que con la intención de relajarlo un poco dirigió una de sus manos a su cabello para acariciarlo un poco. De pronto, una idea para asegurarse de la veracidad de su hermano surgió, pasó su mano del cabello de Soarinng a su mejilla apretando suavemente.
Definitivamente no se esperó que su hermano se queje de dolor, lo empujara y se apartara de él velozmente.
——¿Me explicas?—fue lo único que dijo.
——¡No es nada! Ve a tu cuarto, voy a hacer la cena.—y antes que Aquino pueda decir algo más, Soarinng se fue a la cocina, dejándolo solo en la sala.
