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25/03

En cada cuarto colocaron una alarma para las 3:00 AM, al llegar a la hora establecida, todos se levantaron asustados y temblando.

―En el cuarto grande―

Sonó la alarma, alertando a casi todos.

―¿Ya están despiertos? ―preguntó Sebastián.

Nico bostezó.

―Ah, boludo, ¿qué horas son?

―Son las 3 AM ―respondió Alexis.

―Hola, ya me desperté ―dijo Michelle.

Daniel se levantó sin saludar.

―Falta alguien... ―dijo.

Vió a Elizabeth y Camilo durmiendo todavía. Se levantó a despertarlos.

―Camilo, Liza, ya levántense. Son las 3 AM.

―Ah, ¿qué? ¿Qué pasó?

―Buah, Liza, ¿que hora es? Me desmayo.

Camilo vió el reloj digital de pared. Reaccionó con una expresión de miedo.

―Ya valimos...

―Sebas, si me muero, enterráme con mi celular y computadora. Nadie debe saber que hay en mi historial. ―ordenó Nicolás.

―Déjate de pendejadas, Nico ―le dió un golpe en la nuca.

―¡Cállense! ―susurró Elizabeth― Escucho pasos...

Asomó su cabeza por la ventana, lo único que logró ver era la pileta, teñida de negro por el cielo nocturno.

Daniel sacó un cuchillo filoso de la mochila. Causando miradas de desconcierto provenientes de los demás.

―Es por protección. Natalia trajo una navaja por si las dudas.

Elizabeth estaba temblando de nervios. Su respiración se agitaba más y más, hasta el punto en el que le dió un ataque de ansiedad, llorando desesperada en silencio.

Pasaron unos 5 minutos, hasta que Michelle corrió a ver que sucedía abajo. No vió nada más que oscuridad completa, nada se movía. Volvió al cuarto.

Estuvieron así 25 minutos, muertos del miedo.

―Creo que ya podemos dormir, son las 3:30. ―dijo Alexis.

Todos se volvieron a acostar, excepto Elizabeth. La experiencia de estar relativamente cerca a la muerte le causó tanto miedo que no pudo volver a dormir.

―En el cuarto de invitados―

Sonó la segunda alarma para las 3:00 AM.

―¡Ah! ―exclamó Mattie.

―¿Mmm? ―Shaden se levantó, adormilada.

―¡Ya son las 3:00! ―exclamó Amira.

―¿Qué ya son las 3:00? ―preguntó Natalia.

―Hace sueño, ¿no podemos dormir un rato más? ―inquirió Santi.

―Déjese de mamadas, Santi. Corremos peligro ―advirtió Alex, molesto.

―¡Shh! ―calló Natalia― Escuché algo abajo...

―¡¿Le habrá pasado algo a Tomás?! ¡¿O a Mateo o Felicia?! ―se preocupó Mattie.

Se callaron todos un momento, para escuchar mejor qué pasaba.

―Oigan... ―dijo Santi― Ya son las 3:30... ¿Dormimos o qué hacemos?

―Está bien, me muero de miedo ―dijo Alex, y se acostó.

Todos siguieron el ejemplo de Alex, se acostaron, aún nerviosos.

―En la sala―

Sonó la tercera alarma de las 3:00 AM.

Tomás se levantó al instante, para hacer guardia un momento. Prendió una luz tenue y vió como una figura encapuchada se acercó velozmente hacia él y puso un trapo en su nariz y boca, durmiéndolo al instante. Felicia y Thiago despertaron por el ruido y fueron dormidos igualmente.

Mateo abrió los ojos y observó como los tres caían al suelo, dormidos. Quería gritar para alertar a todos pero no pudo, no podía mover ningún músculo del cuerpo para atacar o defenderse. Estaba en una parálisis de sueño.

La figura encapuchada se acercó a él y sacó un cuchillo realmente filoso, para luego enterrarlo en su plexo solar.

El extraño se quitó la capucha, dejando su rostro al descubierto.

―Te veré en el infierno, Mateo ―dijo, le tomó una foto y se alejó.

Mateo murió desangrado, a las 3:04 AM.

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