14/07/23 ― Último día de clases.
Era un ambiente desastroso en 12°A. Todos los estudiantes estaban emocionados por sus vacaciones. Algunos estaban llorando porque iban a acabar la preparatoria y les esperaba la vida universitaria; otros estaban normales, conversando o leyendo algún libro y al resto no les importaba mucho. Por ejemplo Michelle, quien leía Por Quién Doblan las Campanas, sin tomarle mucho interés a su salón, el cual asemejaba más a un gallinero por todo el ruido.
―Michelle ―llamó Fernanda atrás suyo―, ¿estás emocionada por las vacaciones?
―¿Por qué me emocionaría? ―preguntó―. ¿Estaría felíz por dormir menos? ¿O me emocionaría tener que buscar una forma de ganar dinero para pagar una buena universidad?
―Siempre tan pesimista... ―rodó los ojos y se fué a su asiento.
Mattie y Alexis estaban sentados en mesas algo lejanas, pero aún así Alexis fué hacia el asiento de su amigo. Planeaban qué iban a hacer en el verano y adónde iban a ir.
―No sé... Quizás mis vaya con mis padres y mi hermana a Acapulco. ¿Y tú?
―Lo más probable es que no haga nada. Mis viejos me van a mandar a chambear ahora que me gradúo ―rió.
Daniel estaba sentado revisando su celular. No le importaba mucho que terminara la escuela, sólo quería irse lo más rápido que pueda.
Shaden estaba dibujando mientras escuchaba un podcast. También le tomaba poca importancia a su graduación.
Habían 20 estudiantes de los 30. En eso, Nicolás llegó al salón pateando la puerta, usando lentes negros y sosteniendo un estéreo con reggaeton de Cosculluela a todo dar ―aunque no sea su género de música favorito―.
―Di Angelo, baje éso ―ordenó el profesor Juan.
―Prrum, prrum PRRUM.
Al final sí bajó el volúmen, obligado.
―A ver, jóvenes ―habló el profesor―. Empezaremos con las exposiciones del poema de fin de curso. ¿Algún voluntario?
―¡Yo, profe! ―levantó la mano Juliana Aguilar, la castrosa del aula.
El profesor había mandado una tarea de despedida para sus alumnos: consistía en hacer un poema dirigido a alguien o algo y, claramente, Juliana quería demostrar su responsabilidad una última vez.
―Pase al frente, Aguilar.
Ni bien Juliana estuvo al frente de todo el aula, varios dejaron de prestar atención disimuladamente. En especial Michelle, quien rodó los ojos con asco.
―Bueno, mi poema va dedicado a usted, profe ―carraspeó un momento, como una indirecta para que le presten atención―. Profe Juan, sepa que de sus enseñanzas no me despojo. Como docente debo llenarlo de elogios...
―¡Chupamedias! ―exclamó Nicolás hasta el fondo del salón.
―¡Di Angelo, respete a su compañera!, que además no está mintiendo ―le dirigió una mirada desdeñosa―. Continúe, Aguilar.
―Gracias, profe ―lanzó una mirada de odio hacia Nicolás, quien sólamente sonrió y le sacó la lengua, como niño pequeño―. Es de admirar que nunca pierda el foco, ya que de sus clases y su sapiencia no me pierdo ni un poco. Gracias.
Sonaron varios aplausos. Algunos verdaderos, como los de Milena, Patricia y Narda, las amigas de Juliana; otros sólo por compromiso, como los del 95% del salón y sonaron aplausos sarcásticos, por parte de Nico.

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Whatsapp del Terror
HororMichelle creó el grupo "Los pendejos del A" Michelle añadió a Sebastian, Nicolás, Mathias, Shaden, Alexis, Amira, Natalia, Macarena, Tomás, Daniel, Camilo, Elizabeth, Luz y Alex. || Michelle crea un grupo de Whatsapp para pasar tareas y conversar, s...