ALWAYS YOU | Mia y Kimi se encuentran frente a frente después de seis años de haber terminado su relación. A pesar de que ambos han intentado avanzar y encontrar la felicidad por caminos separados, con solo una mirada se darán cuenta de que aún no h...
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9 de septiembre 2013 Monza, Italia
Unos fuertes golpes comenzaron a escucharse contra la puerta, haciendo que Mia comenzara a maldecir y usar todo aquel vocabulario indebido por lo bajo. Realmente no entendía la obsesión que tenían las personas con levantarla, ¿acaso no entendían que el sueño es sagrado?
Completamente hastiada y sintiendo algunas débiles punzadas en su cabeza, producto de la terrible borrachera que se sometió, se levantó de la cama. Prometiéndose que mataría al individuo que osaba despertarla a las... rápidamente tomo su celular para ver la hora anotando más motivos para asesinar a esa persona. ¡Eran las 4 de la mañana! ¡Ni una hora y media había dormido!
Totalmente furiosa se colocó una bata y dando fuertes zancadas miro por el agujero de la puerta descubriendo a su maravilloso e increíble amigo alemán. Dio una profunda respiración repitiéndose internamente «no lo mates, no lo mates, no lo mates»
Y así con su mejor mirada de odio abrió la puerta encontrándose con un nervioso y pálido Sebastian Vettel.
—Tienes un minuto para explicarme por qué me levantas a las 4 am. —fue lo único que pronuncio dejando entrar al rubio.
— ¿Viste esa chica con la que me fui? —pregunto logrando que Mia tuviera una idea de por dónde venía esto. — Después de tener sexo me hablo de tener hijos. ¡Hijos!
Por más que Alonso intento retener las carcajadas que querían escapar de su boca le fue imposible.
— ¡Mia no te rías! No es gracioso. —comento indignado logrando que ella se riera aún más fuerte.
Al ver la cara que le puso Seb intento controlarse dando algunas fuertes respiraciones.
—Perdón, pero es que... —no pudo terminar la oración cuando otro ataque de risa la invadió ya por vencido, Sebastian la acompaño esta vez.
— ¿Sabes lo peor? Me comenzó a hablar de comprar una casa donde podamos vivir con nuestros futuros dos hijos y un perro. Casi entro en pánico, solo quería tener una noche divertida. —Explico moviendo exasperadamente las manos.
Mia coloco una mano en el hombro del alemán mientras negaba con la cabeza.
—Siempre te pasan estas cosas, ¿Qué les dices para que se ilusionen de esa manera?
— ¡Te prometo que nada! ¡No sé por qué siempre me tocan las locas! ¿Por qué no encuentro las sin sentimientos como tú? —cuestiono mirando al techo como si tuviera alguna respuesta.
La española golpeo suavemente su hombro ante aquel comentario.
—Oye, ¡yo si tengo sentimientos!
— ¡Los tienes hasta más escondidos que el jodido Iceman! Realmente eran el uno para el otro, los dos iguales de fríos.
