29 de septiembre 2013
Aragón, EspañaEl ruido de los motores vibraba en el aire, un eco constante que parecía nunca apagarse. La española se paseaba nerviosa por el garaje de Honda, con los ojos fijos en la pantalla de telemetría. Algo no iba bien en la moto de Marc Márquez, y los datos confirmaban sus sospechas. "Problemas en el control de tracción," pensó mientras su ceño se fruncía más y más. Quedaba poco tiempo antes de que la carrera comenzara, y el equipo no podía permitirse salir a pista con la moto en esas condiciones.
—¿Cómo lo ves? —preguntó uno de los mecánicos, mirando a Mia con una mezcla de duda y cansancio.
Mia lo miró un momento, con los labios tensos y los pensamientos fluyendo como un río. Había repasado los datos una y otra vez, y la solución era clara.
—Mira, el problema está en los sensores del control de tracción. Están dando picos de señal, seguramente por interferencias. Tenemos que recalibrar el sistema antes de que Marc salga a pista —dijo con seguridad, su voz cortante entre el ruido del garaje—. Y también tenemos que ajustar las curvas de potencia. Si no lo hacemos, la moto perderá tracción en las salidas de las curvas lentas.
Los mecánicos intercambiaron miradas, uno de ellos asintió, pero Mia sabía que no estaban completamente convencidos. "Otra vez lo mismo," pensó, sin dejar que el sentimiento de frustración la distrajera de lo importante. Sabía que, aunque diera las instrucciones correctas, el equipo tardaría en moverse hasta que ellos mismos verificaran todo lo que ella ya había resuelto.
—Bueno, veamos si tienes razón —murmuró otro de los ingenieros mientras se agachaba para comprobar las conexiones.
Mia ignoró el tono condescendiente. No tenía tiempo para eso, no ahora. Marc Márquez la necesitaba concentrada, y ella estaba dispuesta a no defraudarlo.
—Mia, ¿qué pasa? —La voz de Marc la sacó de sus pensamientos. Se giró para verlo de pie junto a ella, con el casco bajo el brazo y el ceño ligeramente fruncido.
—Tranquilo, Marc—dijo Mia, intentando sonar despreocupada—. Solo tenemos que hacer algunos ajustes. Nada que no podamos solucionar antes de la carrera.
Marc la miró con una mezcla de confianza y nerviosismo.
—Confío en ti —respondió, una sonrisa débil pero sincera curvando sus labios.
Esa sonrisa, esa confianza, era lo único que necesitaba. Para Marc, Mia no era solo la ingeniera que siempre arreglaba los problemas técnicos. Habían desarrollado una relación de complicidad, casi fraternal. Marc estaba recien iniciando sus veintes era impulsivo y estaba lleno de energía, mientras que Mia que se encontraba más cerca de los treinta, era como una hermana mayor que sabía guiarlo con calma y firmeza. A veces, esa confianza silenciosa que compartían era lo único que la mantenía cuerda en un entorno donde se sentía constantemente invisible.
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always you ─ kimi räikkönen
RomanceALWAYS YOU | Mia y Kimi se encuentran frente a frente después de seis años de haber terminado su relación. A pesar de que ambos han intentado avanzar y encontrar la felicidad por caminos separados, con solo una mirada se darán cuenta de que aún no h...