Tomaba mis apuntes de los libros que necesitaba y mire la hora, ya era bastante tarde y yo seguía en la biblioteca de la cuidad y en media hora cerrarían, tenía dos opciones, o irme a mi casa o ir a la de Uzui ya que hoy dijo que fuéramos para ver películas y divertirnos un poco.
Al salir de la biblioteca mire el camino hacia mi casa y el camino hacia la casa de Uzui, aún estaba muy indecisa, mi teléfono vibró y mire, era mi mamá.
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Suspire, al parecer el destino quiere que vaya a casa de Uzui, pero ni loca me quedaré a dormir hay, no como la última vez que tuvo problemas con su novia. Tome camino a su casa y al llegar tome el ascensor, mientras esperaba que llegara me puse a ver el teléfono un rato.
Cuando llegue y las puertas se abrieron a lo lejos ví a Mitsuri junto a Shinobu.
──¡___!── dijo Mitsuri saludando me con su mano.
──Hola chicas, ¿Recién llegan?── ellas asintieron y Uzui abrió la puerta.
──Chicas, menos mal llegan, pasen porfavor── al entrar ví que estaban Rengoku junto a Sanemi jugando a las cartas.
──¿Obanai no vendrá?── pregunto Mitsuri mirando alrededor del lugar.
──Dijo que llegaría tarde, por su trabajo de medio tiempo.
Tire mi mochila y me tire en el sofá puff que tenía, suspiré de agotamiento y me quedé mirando el techo.
──¿Los estudios?── pregunto Rengoku sonriéndome y asenti peresosamente. ──Te entiendo, estos últimos meses se está poniendo difícil.
──¿Y que esperabas?, ¿Que fuera como en la primaria?── Sanemi miro sus cartas y las tiro a la mesa ──¡Maldita sea!── dijo frustrado y agarro su botella y le dió un sorbo ──¡Vamos de nuevo, todo o nada!.
──Bien, pero la última── Rengoku tomo las cartas y las empezó a mezclar para repartirlas con el albino.
Mientras miraba a Sanemi enojarse por estar perdiendo a cada rato, tocaron la puerta y Mitsuri atendió, era Obanai junto a Kanae. Mitsuri inmediatamente se lanzo a los brazos de Obanai y casi se cayeron.
──Espera, Mitsuri me duelen las piernas── se quejo, ella se alejo y Obanai entro para sentarse. ──Ese estúpido me hizo estar desde las diez de la mañana de pie, y no pude descansar.
──Oh, lo lamento── Obanai negó y ella se sentó a su lado.
──¿Ninguno vio a Tomioka?── ambos negaron.
──Solo lo ví está mañana, el desgraciado hizo como si no me conociera y compro lo que quería── mencionó Obanai a regañadientes ──por eso todo el mundo lo odia.
──Yo no, a mí me cae bien── dije mientras tomaba una revista ──¿No sabes que más decir?, todo el tiempo que te veo solo dices "nadie te quiere Tomioka, todo el mundo te odia", ¿Tanto te molesta su presencia?.
