Capítulo 3 El chico sin cultura.

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Habían pasado varios días desde aquella pequeña charla que tuve con Leah, era fin de semana y estaba aburrido en mi casa. Los fines de semana eran iguales que cualquier día de la semana, es decir, que mis padres ni mi hermana estaban, a excepción de los domingos, puesto que ese día descansa tanto mi papá como mi mamá, pero sinceramente es como si no estuvieran, están pero sin estarlo. Esos días aunque los veo más que cualquier otro día, la verdad es que, todo el tiempo están muy atentos a sus teléfonos, y bueno, mi hermana y yo es cuando más tiempo platicábamos, no era la mejor plática, pero nos poníamos al día y eso para mí bastaba.
Meses atrás, al saber cómo eran los fines de semana, había tomado como decisión y costumbre salir, no precisamente a fiestas, sino que a caminar, despejarme, distraerme, salir a comer algo fuera. De hecho, en algunas ocasiones iba a la fonda de la mamá de John para comer ahí, es cuando aprovechaba y platicaba más con John, con Pau, -Que de vez en cuando coincidíamos en vernos ahí- y uno que otro amigo que me encontraba. Claro que también en otras ocasiones salía con amigos, pero sinceramente con quién me gustaba salir más era con John, cuando él y yo salíamos, salíamos a comer, a alguna fiesta, al billar, etc. En algunos fines de semana que salía con John también venía Pau, no me molestaba para nada, de hecho me gustaba mucho que nos acompañara, me llevaba muy bien con ella. Claro que no eran todos los fines de semana, puesto que John los aprovechaba para salir con Pau, y lo entendía. Es así entonces que la mayoría los pasaba solo; tenía la opción de ir y/o salir con otros amigos, pero no me gustaba tanto, puesto que ellos solo salían para ir a fiestas o a tomar. -Al Joan del pasado le hubiera encantado-
Pero aparte de salir a hacer alguna de las cosas ya mencionadas, me gustaba ir a un parque que estaba cerca de mi casa, ahí, me gustaba tomar fotos del paisaje y al llegar a mi casa editarlas, las que más me gustaban las conservaba y las que no simplemente las borraba o las dejaba como de  recuerdo. Ese día no fue la excepción, agarre mis cosas y salí de mi casa. Sinceramente no sabía a dónde ir, días antes tenía ganas de ir al cine, no sabía que película ver, solo quería ir al cine, puesto que aparte de la fotografía me encantaba el cine, el hecho de escribir guiones, filmar alguna película me llamaba mucho la atención, entonces el ir al cine era lo más cercano que tenía a eso que me gustaba.
La plaza a la que llegue no estaba muy lejos ni muy cerca de mi casa, digamos que lo aceptable tanto para ir como para regresar. Estando en la plaza decidí comer algo antes de entrar al cine, salí de mi casa sin comer, entonces… Estaba apunto de desmayarme. 
Acabando de comer, camine un rato por la plaza, veía mi alrededor y, lo único que veía eran algunas familias y una que otra pareja, al verlas no pude evitar pensar en mi familia… Hacía mucho que no salíamos un fin de semana, mejor dicho, hacía mucho que no salíamos como familia… Recuerdo que la última vez que salimos fue cuando mi hermana se graduó de su carrera. Algo que me inspiraba a terminar el bachiller era que, cuando lo hiciera, pudiera salir con mi familia.
Caminando algo llamo mi atención, era una tienda de cámaras fotográficas, no lo pensé dos veces y decidí entrar.

— Buenas tardes, amigo. ¿Algo en lo que te pueda ayudar? -Dijo con una sonrisa el empleado que trabajaba en la tienda-

— Solo estoy viendo, gracias.

— Entiendo, estoy para servirle.

— Bueno si, tengo una pregunta. -Dije al final-

— Claro que sí, dígame.

— Estoy pensando estudiar fotografía, pero aún no tengo una cámara, ¿Qué clase de cámara me recomienda para mis estudios?

— Lo pensó unos minutos – Hay varios tipos de cámaras que le pueden servir. 

— Ah ok, ¿Y en qué precios están?

— Depende de que cámara quieras. -Lo dijo señalando las cámaras- ¿Quieres una cámara solo para fotografía, para eventos, instantánea?

— La que cueste menos.

— Al escuchar que es para tus estudios, te recomiendo esta. -Saco una cámara mientras me explicaba- Mira, está sería perfecta, es fácil de usar y cuenta con lo básico para una cámara, sinceramente ésta te servirá para toda tu carrera.
Al momento que saco la cámara y me dejó tomarla, me sentía muy feliz, era una cámara muy padre. Estaba decidido, esa cámara sería mía.

— Ésta es perfecta. -Dije entusiasmado- ¿Cuánto cuesta?

— La cámara está en promoción, te saldría en $8,500.

— ¿8,500 pesos? -Repetí sorprendido-

— Así es.

— Bueno, claramente no podré llevármela hoy, pero volveré. ¿Se puede apartar?

— Claro, a partir de 1,000 pesos te la podemos apartar y cada mes debes de ir abonado.

— Ahora era yo quien pensaba – Si está bien, apártamela, y cada mes vendré y daré algo.

Estaba decidido que esa cámara sería mía.
Cuando salí de la tienda, estaba pensando… Pensaba en cómo le haría para poder pagar y sacar esa cámara, claramente no podría pedirle el dinero a mis papás, puesto que tenía dos razones, una de ellas era que nunca estaban, -A excepción de los domingos- y la otra es que no me lo darían, ya que no me apoyarían en lo que quería estudiar. Ellos meses atrás me comentaban que estudiaría lo mismo que ellos, pero a mí no me gustaba para nada la idea, para no tener una discusión, solo decía que si, sin embargo, una cosa era que les dijera: “si, eso estudiaré”, y otra muy diferente, es que realmente lo hiciera.
Así que pensé en conseguir un trabajo, pero no sabía de qué, lo primero que se me vino a la mente fue pedirle trabajo a la mamá de John para trabajar en su fonda, era una buena opción, pero tenía que tener otra idea, puesto que no creía que me alcanzará con el suelo que me darían. Mientras caminaba y pensaba, vi a un señor que tenía un pequeño puesto, este era de dibujar a las personas en forma de caricatura, así que tuve otra idea de cómo poder conseguir dinero… Yo dibujaba bien, no era el mejor dibujando, pero me defendía. Fue ahí, cuando pensé en hacer dibujos y vender los mismos. En mi escuela anterior y en el bachiller, varios compañeros decían que dibujaba bien y les gustaba también,  a algunos de ellos les regalaba uno que otro dibujo, claro que nunca faltaba aquel que me decía que lo que hacía no servía de nada, pero John, Pau y otros amigos me decían que solo lo decían por qué sentían envidia y querían que lo dejara de hacer, mis amigos me hacían fuerte y pues nunca lo deje de hacer, y ahora me serviría mucho para hacer uno de mis sueños realidad: Estudiar fotografía, tomar fotos y exhibirlos en una exposición fotográfica, si es que existe. Al menos, que la gente conozca las fotos que yo tomaba y editaba.
Al llegar a mi casa estaban mis papás, como era de esperarse, cada uno estaba en su celular, ni siquiera supieron cuando entre, decidí saludar, pero al final no lo hice, es decir, no cambiaría nada, ni siquiera voltearían para verme. Fui directo a mi cuarto y comencé a sacar de un cajón mis dibujos que hice desde que estaba en primero de secundaria, escogí los que más me gustaban y que posiblemente podrían gustarle a la gente. Tome mi celular y saque varias fotos a los dibujos, para que así pudiera publicarlas en mis redes sociales y la gente pudiera visualizarlo de manera más fácil. Una vez tomadas las fotos, y también una vez sido publicadas éstas mismas, decidí dormir un poco, sinceramente estaba un poco cansado, me tire en mi cama y cerré los ojos…

Cuando los abrí de nuevo, ya era un poco más tarde, me había despertado la vibración de mi celular, mire de quién se trataba y era un número desconocido…

 Hola, buena tarde. Me llamó mucho tu publicación acerca de los dibujos que haces, ¿Me puedes brindar más información?

Al leerlo no podía creerlo, realmente alguien me había escrito para pedir información acerca de mis dibujos. No conteste enseguida y decidí entrar a la publicación que había hecho para ver cómo le había ido, me sorprendió el ver qué tenía varias reacciones y varios comentarios parecidos al mensaje que me había llegado…
Realmente habían personas que les gustaba lo que hacía. No pude evitar más que sonreír, conteste varios comentarios que habían en mi publicación, como también el mensaje que me había llegado por privado, me sentía feliz, por fin algo me estaba saliendo bien, habría posibilidades de poder conseguir el dinero que necesitaba para mí cámara fotográfica.
Las personas no me contestaron rápido, pero tampoco tardaron mucho, les había escrito mencionándoles todo acerca de como manejaría la venta de mis dibujos, es decir, les mencionaba que el precio dependía del dibujo, si era pequeño, mediano o grande, como también dependía si lo quería en blanco o negro, a color, a lápiz, en pintura, entre otras cosas. Al momento que me respondieron, realmente parecían interesadas en que les hiciera un dibujo, -Me lleno de felicidad nuevamente- y así, tuve mis primeros pedidos.
Poco después baje a la cocina, tenía hambre así que iba a prepararme algo.

— ¿Cómo estás, hijo? -Preguntó mi madre-

— ¿Me preguntas a mi? -Pregunté confuso-

— Claro, ¿A quien más?

— No lo sé, talvez con alguien con quien estés hablando por teléfono.

— Nada de eso, ¿Quieres comer algo?

— Si… Justo para… Para eso bajaba.

— Perfecto, ahora te preparo algo.

— Gracias?? -Realmente estaba muy confundido-

Tome asiento mientras mi mamá preparaba algo para comer, era realmente raro, puesto que mi mamá al no estar en casa, y al nunca preguntarme “¿Cómo estás?”… No lo sé, era raro,… Ya no lo había hecho…

— Aquí tienes, espero que te guste. -Dijo sonriendo-

— Gracias, mamá. Oye, no te ofendas, ¿Pero a qué se debe esto ahora?

— Suspiró — Mira, yo sé que no hemos sido los padres perfectos, pero estamos intentándolo, el día que discutimos me quedé pensando, decidí ir a platicar contigo, pero preferí darte tu espacio. Quiero hacer las cosas bien Joan, no solo yo, también tu padre quiere, ¿Crees que nos puedas dar otra oportunidad?
No sabía que decir, me quedé en silencio unos segundos…

— Mamá, yo sé que ustedes son unas personas muy ocupadas, y se que tienen que trabajar para poder mantener la casa, pagar gastos y otras cosas, pero hay días que me siento solo… Hay días que siento no tener padres. -Suspiré- Pero nunca es tarde para empezar, pueden tener las oportunidades que quieran y no tienen que pedírmelas a mi ni a nadie, dénselas ustedes mismos, puedo confiar en que habrá un cambio, pero no me haré esperanzas.

— No tenía idea hijo, se que como padres te hemos descuidado, no solo a ti, sino que también a tu hermana. Pero se acabó, a partir de hoy, todo cambiará en esta casa.
No me sentía feliz del todo, es decir, ya había pasado esto otras veces, y no había resultado como hubiera querido, pero por más que quería creerle y, por más que mi mamá se veía sincera en sus palabras, había algo que me decía que todo seguiría igual.

— Está bien. -Fingí una sonrisa-
Cuando terminé de comer, regrese de nuevo a mi cuarto, leí un poco y horas después, decidí dormir.

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