Los meses pasaban y los adolescentes seguían siendo amigos, solo que poco a poco dejaron de ser tan unidos.
Eran pocas las charlas largas y ya no se invitaban a la casa del otro. Pero a Alma nunca le dejó de gustar Alejo.
Las clases ya habían terminado, Alma había pasado de año sin dificultad, no se llevó ninguna y aprobó todas las materias con honores en cada una.
Alma mostraba facilidad para Matemática, y el profesor le tenía muchísima confianza, sabía que podía llegar muy lejos en cuestiones profesionales.
Alejo, por otra parte, se llevó Matemática a febrero, definitivamente no era su fuerte.
Federico, el profesor, quería que Alejo apruebe en febrero, no le gustaba que sus alumnos dejen su materia previa, quería que la entendieran y le presten atención.
A Ale le quedaba una semana para hacer el examen de febrero, y, con ayuda de Federico, la escuela decidió darle clases de apoyo en esa semana para que pueda entender un poco mas y, por lo tanto, aprobar.
Fede sabía que la mamá de Alejo no podía darse el lujo de pagar unas clases extras de apoyo, así que tomó otra decisión...
07|02|12 𝙱𝚞𝚎𝚗𝚘𝚜 𝙰𝚒𝚛𝚎𝚜, 𝙰𝚛𝚐𝚎𝚗𝚝𝚒𝚗𝚊
-. 𝒜𝓁𝓂𝒶
Estaba en mi pieza tranquila, intentando hacer la coreo de "Crazy" de Britney Spears.
Escuché hablar por teléfono a mi mamá con mi profe de Matemática, no entendía para que, había pasado esa materia con 10.
-¡Alma hija, vení un ratito! -Gritó mi mamá desde el comedor.
Pause la canción y fui a ver que pasaba.
-Es para vos hija. -Dijo mi mamá extendiendome el teléfono y yo lo agarré.
-¿Hola?
-¡Hola Alma! Buen día, soy Fede, tu profe de Matemática. -Dijo mi profesor del otro lado de la línea.
-Ahhh, hola profe buen día, ¿Pasó algo? -pregunté.
-Si mira, te quería pedir un favor. -Respondió. -Tu compañero Alejo Acosta.
Cuando dijo eso se me erizó la piel, casi nadie lo sabía, pero yo seguía perdidamente enamorada de Ale como la primera vez que lo vi.
-¿Qué pasó con Ale? -Pregunté interrumpiendo.
-Acosta se llevó Matemática a febrero Alma, y está cerca de dejarla previa. -Respondió mi profe. -Te llamé para pedirte si le podías dar clases de apoyo acá en la escuela.
Sonreí al escuchar eso.
-¿Clases de apoyo?
-Si si, irían a la escuela de 8 a 10, yo te doy una hoja con lo que toca cada día y así vos lo podrías ayudar a estudiar, ¿Te parece?
-Si obvio profe, encantada. -Respondí emocionada.
-Muchísimas gracias Alma, te lo vamos a recompensar. Éste lunes empiezan.
-Bueno profe, no es nada. Lo veo el lunes, que tenga buen día.
Corté el teléfono y corrí a mi habitación a organizar las cosas que iba a necesitar para la siguiente semana.
-Pensé que ibas a decir que no, hija. -Dijo mi mamá entrando a mi pieza con un mate en la mano. -Y encima te emocionas.
-Ay mami es que es Alejo, ¿Entendes? -Dije mientras buscaba mi carpeta de matemática.
-¿Mucho te gusta ese chico? -Preguntó dándole un sorbo al mate.
-Si ma, muchísimo.