No hablamos, los besos nos decían todo.
-Alma por favor decime que me esperaste. -Era mía, no podía tener otro.
-¿Y cómo querías que haga para olvidarte gil? -Fua, gil me dice ahora.
-Bueno pero vos sos mía, ¿Qué haces con novio? Seguro gano mucho más que él.
-Obvio, con los temones que estuviste sacando. -Ay.
-¿Vos me estuviste escuchando? -Pregunté feliz.
-Me grita "¡Ysy!", la agarro del pelo. -Me respondió, Como me puede esta mujer la puta madre.
Chapamos de nuevo, con un toque más de calentura.
Nos fumamos la noche ahí, hablando, riendo, llorando, chapando.
Soñé tantas veces con este momento.
(...)
-¿Y tu hijito? -Se me ablando el corazón con esa pregunta.
-Ahí está el campeon.
-Es igualito a su padre. -Sonrió, como amo esa sonrisa hermosa.