Tears

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Nada podía salir mal, nada debía salir mal, no podía llevarse nada, nada de ahí era suyo.

Quizás más rápido de lo que pensó y más lento de lo que en verdad debió, pero iba a suceder, como un pequeño animal al que le fueron cortadas las alas. Un pajarito que nació en cautiverio, que no sabía volar, que no sabía lo que era el viento en sus alas pero con las patas conocía bien las ramas de los arbustos en los que vivía.

Quizás por eso se apegó tanto a Christopher, quizás por eso su relación se volvió un horrible círculo del que no pudo salir antes.
Porque el no conocía el amor, porque sus papás murieron prematuramente y no pudieron darle consejos ni guiarle. Aunque tal vez si los hubiese tenido, en su rebeldía adolecente los hubiera ignorado, cayendo en el mismo resultado.

Porque Christopher fue su primer todo, su primer beso, su primer amor, algo que creyó que jamás acabaría, que sería eterno, la primera persona que lo amó, la primera persona que le regaló una caricia. Y no se permitió conocer más porque se acostumbro a lo que le dió el mayor y se hizo a la idea de que sus propias acciones eran las correctas.

Tampoco quería culpar a Christopher por todo, conocía su historia, él también lo tuvo difícil, debió ser horrible ser un niño asustado, escondido, sin poder escapar de las terribles peleas de sus padres. Debió ser horrible desear crecer rápido y hacerlo apresuradamente, ser un niño adulto defendiendote de los golpes de un adulto de verdad.

Simplemente fueron una mala combinación, una colisión, algo que se alimentó de celos, de heridas y rencor mutuo hasta explotar.

Realmente no se estaba llevando nada se esa casa, solo la muda de ropa que llevaba puesta y la que su niña llevaba, no había tiempo, no hubo tiempo de planear algo más.

Después de aceptar sin dudar, con ayuda de Minho tuvieron que encontrar el momento perfecto, un ahora o nunca.
Porque lo que parecía tan fácil no lo era, si algo salía mal, quienes más perderían serían ellos.

Lo pensaron, claro, antes de escapar tan apresuradamente Minho pensó en irse primero por vías legales.  Pero el testimonio de Hyunjin no serviría de nada, Cristopher tenía papeles, firmas, Minho nada, cualquier cosa que pudiera usar pasa sacar a Hyun de esa casa eran puras suposiciónes, ¿violencia? No había rastro de ello en el cuerpo de Hyun, si las hubo ya habían desaparecido, solo las cicatrices causadas por el mismo.

Y les había tomado dos meses encontrar ese momento perfecto. Nada, nada debía ir mal.

Aunque los nervios estaba comiendo a Hyun, había algo en esa situación que se sentía mal.

Empezando por qué quizás le causaba dejar un lugar, situación a la que estaba acostumbrado, un vacío extraño, una voz que le decía que era incorrecto que se fuera.
Después, Jeongin, el niño con una muy visible pancita de embarazo, un embarazo avanzado, él había insistido a su pareja en estar ahí, en apoyar a Hyun.

Debían apurarse. Antes de que Christopher llegara pero Minho estaba demorando, Minho tenía que llegar ahi, a esa casa, con un auto para después de salir ir a dejar a Hyun y a la niña a dónde más lejos la gasolina les permitiera. Esconderse y luego, luego todo lo demás...

Y si llega...y si no llega

Hyun no podía sacar de su cabeza que si en cualquier momento llegaba el mayor todo se iría a la basura, Christopher amaba a su hija, con los instintos, con la cabeza, con los brazos, de forma casi instintiva, primitiva , animal, pero la amaba y  alejaría cualquier cosa que pusiera en peligro a su niña,  haría lo que fuera por ella, quitaría todo lo que representase una amenaza para el y su niña.

Y en algún momento de las horas que llevaban esperando los nervios no le permitieron cargar a su bebé, Jeongin tuvo que hacerlo, era él quien arrullaba a la niña inquieta.

El reloj avanzo, avanzo más, Hyun se culpo, sabía que pasaría, por qué nuevamente se permitía hacer cosas tontas. La puerta fue abierta pero No era Minho.
La persona que entró igual de nervioso que ellos, observando con cuidado a al niño, a Hyun y con una sonrisa escalofriante se acercó.

—¿Sucede algo?—Pregunto Christopher, peligrosamente cerca de Jeong.

—Solo vino de visita

—El no tiene llaves

—Ya se iba— Hyun miro a jeongin, este solo abrazo con más fuerza a la niña y negó, su actitud sospecha ya había activado las alarmas de Christopher—Chan, él ya se iba.

—Innie, puedes darme a mi bebé ¿Por favor?—El mayor llevo su mano a uno de los hombros del menor, con una amabilidad sospechosa.

—¡No!

Todo se rompió. Jeongin gritó, se hizo chiquito con la niña y cerro los ojos muy fuerte.

—Dame a mi Hija mocoso mal agradecido

Christopher tomó por los hombros al menor y lo sacudió muy fuerte, la paz de la pequeña sarang se fue y comenzó a llorar, ambos adultos comenzaron a forsejear.

Hyun no dejaba de mirar con lágrimas en los ojos a Jeongin, por sarang, por Sarang aquel niño estaba arriesgado a su propio bebé pero era egoísta y mucho, esperaba realmente que el menor no cediera, que no soltase a la niña.

Ese niño era valiente, estaba luchando con todas sus fuerzas, mordiendo las manos que trataban de arrebatarle a  la pequeña, tratando de patalear lo más que su barriga abultada le permitiese.
Mordiendolo, pateando, una escena conocida para Hyun. Sus propias manos, sus pies, no reaccionaban, su cuerpo estaba rígido y frío, no podía hacer nada.

—Dame a mi bebé, dame a mi bebé o te haré saber lo que es que te quiten a un hijo— Christopher era sucio, sus manos cambiaron de dirección y se fueron al vientre de Jeongin, aplastando con todas sus fuerzas, empujándolo para que se cayera.

Todo paso en un parpadeo, aquel niño lo intentó, lucho, lo hizo, pero Christopher finalmente recuperó a su hija.
El mayor camino ahora hacia Hyun y todo para el se detuvo al tenerlo de frente, como si hubiese perdido alguna especie de lucha.

—Largate, lárgate ahora, pero te vas sin mi hija

—Por favor no...por favor—Hyunjin quería incarse, pedir perdón, culparse de todo, Hyunjin estaba dispuesto a quedarse, a comenzar de nuevo otra vez pero era Christopher quien ahora no le quería ahí, era el mayor quien le estaba dando la libertad.

—Yo le haré saber a la niña que la persona que le dió la vida la abandonó como si no fuera nada, le haré saber que nunca la quisiste, sabrá todo.

Hyun negó con la cabeza, eso no podía estar pasando, su bebé estába llorando de pánico inconsolable, llamando a Hyun entre rosas esas lágrimas. Christopher solo atinaba a meserla, acariciando su cabecita con las manos temblorosas por la furia, jeongin estaba por otro lado, sufriendo.

—¡Vete ya Hyunjin!

Pero Hyun no quería irse, no así... Una voz temblorosa lo llamó, tenía que sacar a Jeongin de ahí.








BORED (chanjin) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora