6) Camila

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El lunes, luego de hacer combinación en Baquedano, y ya volviendo a mi casa, subí el volumen de la música y me concentré en los zapatos que llevaba la gente en el metro. Era un tema que me fascinaba a diario, observar los zapatos en detalle, pensar en la personalidad y trayectoria de su dueño o dueña.

De imprevisto sentí que alguien saludaba, pero no puse atención hasta que me tocaron el hombro. Al voltearme vi a un tipo que me pareció familiar...es de Punta Arenas, pensé para mis adentros o el amigo de alguno de mis hermanos, y lo saludé. Pero al sacarme los audífonos comencé a dudar...

Cerca había un señor que miraba con curiosidad lo que estaba pasando. Entonces el tipo me dice "tanto tiempo" con efusividad y yo, muy directa le digo "sí, perdóname, pero te juro que no me acuerdo para nada de tí. En ese momento, él y yo nos quedamos tiesos y la tensión se vio en mi cara, él dijo "Entonces...¿tú no eres?". Ahí me dio risa "¿no soy quién?". Preocupado, se notaba su cabeza trabajando a mil, "¿no eres la Camila?" soltó al final "¡Noo!" le dije y el ambiente se distendió con un ataque de risa, el señor que nos observaba también se contagió y nuestras carcajadas inundaron el vagón.

Él me dijo "Con razón, yo justo te iba a decir ¡qué estás cambiada!, pero te juro que te pareces mucho", "¡pero no soy!" repetí entre carcajadas. "Bueno, en ese caso, que te vaya muy bien" y se despidió con un beso.

Esta historia no me la perdonaron mis amigas que me insistían que "el tipo aquel" había estado jugando para llamar mi atención. Lamentablemente, mi mente literal no lo procesó así y no volví a ver al tipo de las carcajadas. Eso sí, quedé con la curiosidad de saber cómo era Camila o cuantas veces habíamos estado en el mismo vagón.

Historias de metroWhere stories live. Discover now