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El otoño había llegado; las tonalidades sepia cubrían el suelo con una manta crujiente de hojas caídas. Minho había encontrado al fondo de su armario un lindo suéter beige dos tallas más grande que él y sonrió al notarse satisfecho con su reflejo. Apenas ingresó a los pasillos del colegio, se sintió incómodo con los murmuros alrededor. Quizás estaba siendo paranoico pero todos le miraban ¿o era idea suya?

Sus pasos presurosos fueron lo único que sus oídos se permitieron distinguir hasta que entró a su aula, sintiéndose protegido cuando cruzó aquella puerta desgastada. Suspiró aliviado, pensando que su pesadilla había terminado pero las miradas solamente regresaron a estar sobre él.

¿Qué había hecho mal esta vez? Se hundió en su suéter, tratando de hacerse invisible por lo menos hasta llegar a su sitio.

Una barra de chocolate reposaba esperando por él, aunque está vez era KitKat y no un Snickers. Apenas iba a coger la nota, cuando su compañero del costado llamó su atención jalando el borde de su suéter con discreción. Tratando de esconder un secreto que Minho desconocía por completo.

—¿Sucede algo, Jimin?—le sorprendió encontrarse con el chico hablándole por si mismo, pero sonrió amable.

—¿A quién le vendiste tu alma para gustarle a Hwang Hyun Jin?—fue lo que preguntó el chico, mirándole con suma admiración. Tratando de encontrar el secreto del universo en los orbes confundidos de Minho.

—¿Eh?, ¿De qué me hablas?—enarcó una ceja, desconcertado.

—Todos lo vimos ésta mañana, entró a dejar eso.—miró la barra de KitKat como si fuese la solución a la hambruna mundial—... sobre tu pupitre.

Minho no tuvo tiempo para sorprenderse, prefirió leer aquella nota. No era posible que su compañero le estuviese diciendo algo coherente.

Te estoy esperando en el gimnasio del colegio
-HHJ

Y nada más. Minho dudó en la veracidad de aquellas ocho palabras pero su cerebro no pareció razonar cuando una perfecta 'o' se formó en sus labios.

¿Era posible?

Minho estaba seguro de que Hwang Hyun Jin no le gustaba, pero no era idiota. No todos los días se te declaraba el chico más popular del colegio. Al menos que fuese una vil broma, fue por eso que no dudó en ir hacia el supuesto encuentro. En el camino, consideró sus opciones.

¿Cuántas de ellas incluían gustarle a Hwang? Definitivamente ninguna.

Cuando ingresó al gimnasio, se sintió intimidado del eco que resonó gracias a la vieja puerta oxidada que emitió un chirrido apenas fue abierta. Sus pasos resonaron por el lugar, y no tardó en reconocer al pelirrosa sentado en la primer hilera de asientos.

—Hola—sonrió Hyunjin, poniéndose de pie justo frente a él.

—¿En serio tu escribiste las notas?—ni siquiera dudó en lanzar la cuestión, esa era la verdadera pregunta. La que necesitaba resolver.

Su acompañante ocultó una sonrisa triunfal tras una expresión avergonzada, él definitivamente iba a molestar mucho a Jisung. Aunque debía admitir que tenía buenos gustos.

—Por supuesto, me gustas desde el año pasado—soltó como si nada, ladeando su cabeza en un atisbo de sonrisa coqueta—¿Te gustaría salir conmigo?

Minho perdió el aire de sus pulmones, totalmente cegado por la sorpresa. ¿Era posible? Minho comenzó a creer que sí. No perdía nada si salían juntos ¿cierto?

—Por supuesto—asintió sin dudar, tratando de ocultar la sonrisa que luchaba por iluminar su rostro.

—Mañana después del colegio, ¿que dices?—tal vez el azabache era demasiado ingenuo para prevenir aquella sonrisa que le gritaba: "¡Es momento de que te niegues! ¡Da media vuelta y vuelve al aula!".

❝Love Gummy❞ | 𝐇𝐚𝐧𝐊𝐧𝐨𝐰Donde viven las historias. Descúbrelo ahora