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Últimamente la vista periférica del azabache constaba de la espalda del peliazul, que curiosamente iba frente a él. MinHo consideraba dos opciones:

a) Han Ji Sung era increíblemente rápido.

b) Él era patéticamente lento.

Obviamente era la primero, por supuesto que sí.

Apenas el timbre resonó por los pasillos indicando el final de todas sus clases, ambos chicos salieron disparados del aula con destino a la biblioteca. MinHo solamente había parpadeado, y el peliazul ya le llevaba como 2 metros de diferencia. Resopló frustrado, ni siquiera sé molestó en alcanzarle para ir a su par.

—Por amor de Dios, Han. ¿Acaso eres hijo de un par de jaguares? —se quejó el azabache, cuando se detuvieron frente a su destino. Él jadeó, recargándose sobre sus rodillas y tratando de recuperar el aire que perdió en un intento involuntario por alcanzarlo.

—De hecho, el felino más veloz es el guepardo —le corrigió, esperando a que recuperara el aliento. —Y no, eso es imposible —murmuró con obviedad, el azabache solamente gruñó.

Cuando MinHo se repuso, ambos ingresaron en la biblioteca. La señorita Kwon no pareció registrar su entrada, pues con un sutil asentimiento le hizo saber al peliazul que podía pasar y tomar lo que quisieran, MinHo comenzaba a creer que la mujer tenía un inocente flechazo por su compañero de clase. La idea le pareció divertida, por lo que no pudo evitar soltar torpes risitas, ganándose una mirada extrañada por algunos alumnos que rondaban los pasillos repletos de estantes.

—¿En serio has leído todos los libros del semestre? —cuestionó entonces, el chico que no podía mantenerse en silencio ni una fracción de segundo.

—Es literatura básica para adolescentes, los leí en quinto grado —musitó aquello último, mirando cada lomo de los libros perfectamente ordenados.

La profesora Kim Yongsun trataba de darles lectura ligera, pues su objetivo no era abrumarlos con palabras que muchas veces ni los mismos docentes conocían. Ella planeaba inducirlos lentamente en el mundo de la literatura con libros para adolescentes, que en su mayoría les atrapaban en las primeras páginas.

MinHo no filtró su expresión de sorpresa, pensando únicamente que su cerebro no creaba una escena idónea donde JiSung cogiera un mísero libro.

—Mi abuela era maestra de literatura —agregó JiSung, como si tratase de justificarse. —Ella... me incitó a leerlos. —y finalmente le miró, encontrándose que el azabache había aceptado esa respuesta. Bien, todo parecía ajustarse a la perfección.

Siguieron su camino.

—Oh, es aquí —murmuró JiSung para si mismo, iniciando en un sólo movimiento a tomar libros a diestra y siniestra, MinHo no pensó que todos esos libros fuesen algo que sus compañeros de clase pudieran leer en seis meses. Ni siquiera él podría.

Tragó saliva, tratando de humedecer su garganta.

—¿A-Acaso vamos a analizar todo eso? —cuestionó con temor, supuestamente la señorita Yongsun los eligió a ellos pues habían leído todos los libros del semestre. MinHo no recordaba siquiera echar un vistazo a tomos con pastas rígidas y antiguas.

—Oh, por supuesto que no. Necesitaba estos libros para iniciar un proyecto, los nuestros están en el pasillo continuo —comentó, haciendo maniobras para coger la pila de conocimiento.

El azabache suspiró aliviado, aunque poco le duró la satisfacción pues no tardó en mirarle confundido.

¿Qué clase de proyecto requería enormes tomos de contenido astrológico y físico-matemático? MinHo prefirió no indagar.

El peliazul siguió su camino hasta dar con un simple estante de madera teñida en negro opасо.

—¿Podrías tomar "Carta de amor para los muertos" de Ava Dellaira? —pidió JiSung, señalando su objetivo sin poder moverse debido a que llevaba las manos ocupadas. —"Una lista peligrosa" de Siobhan Vivian y... —el menor acató la petición, sonriendo levemente al sentirse familiarizado con aquellas portadas. JiSung viajó su mirada por la columna de repisas, buscando su objetivo —¡Ese de ahí! "Persona normal" de Benito Taibo.

MinHo cogió los tres libros entre sus manos, sonriendo al recordar aquellas noches en vela que pasó entre las páginas de aquellos libros. De repente, aquel proyecto especial para su profesora favorita le animó más.

JiSung le dió un leve empujón para que caminase hacia la salida, haciendo algarabía de los libros que cargaba encima y necesitaba urgentemente depositar en su casillero. Su acompañante gruñó y caminó hasta la bibliotecaria, quien apenas y se molestó en prestarle atención cuando JiSung llegó junto a él y registró el montón de tomos que llevaba.

Finalmente salieron del lugar, caminando hacia el casillero del peliazul donde éste dejó poco más de la mitad de todo lo que cargaba.

—¿Tienes algo en mente para la exposición? —cuestionó MinHo, mientras le veía maniobrar para resguardar dos libros en su mochila y dejar el resto en el casillero.

—Haces muchas preguntas, rata —murmuró sin prestarle real atención, aunque puede que sólo disfrutaste de sacarlo de quicio.

—Deja de llamarme así, idiota —bufó, molesto. Sin dar a relucir sus intenciones de estrellar uno de los libros que él llevaba, el más grueso y el que causaría más daño, pensó.

Debió suponerlo, llevaba tantos días sin ser molestado por él. Era muy dulce para ser realidad, gruñó apenas le vió sonreír con diversión.

—Tienes dientes de rata —se excusó, cerrando su casillero y recargándose del helado aluminio.

—¿No podrías compararlos con un lindo conejito? —sugirió sarcástico, en realidad no deseaba que le señalaran un factor evidente de sus rasgos. Se conformaría con que no mencionara absolutamente nada.

—¿Cómo te sentirías si te dijera conejito? —cuestionó mirándole curioso, cruzándose de brazos y analizando la expresión del azabache.

Conejito.

Era sumamente dulce la forma en que sus labios pronunciaron aquella simple palabra, el azabache sintió sus mejillas incendiarse en vergüenza ante lo increíblemente tierno y cariñoso que sonaba eso. Porque no, no había ni pizca de burla en ello y no podía evitar relacionarlo con algo romántico.

—Eso pensé —agregó el peliazul, interpretando su silencio lleno de incomodidad. MinHo resopló, regresando de un puñetazo a la realidad.

¿En qué demonios estaba pensando?

Actu después de tres semanas 😔Les traigo una información

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Actu después de tres semanas 😔
Les traigo una información.
Para los que me siguen supongo que ya leyeron el mensaje en mi tablero y los que no me siguen recién entenderán.
He creado un canal de difusión en WhatsApp con el fin de ayudar a escritores que apenas empiezan o tienen poco apoyo.
Aún estoy pensando en como será la dinámica para aceptar las historias pero eso es lo de menos.
Si están interesados, este es el link

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Únanse y háganle llegar el link a más personas para poder ayudarlas.
Sin más que decir nos vemos en una próxima actualización <3

❝Love Gummy❞ | 𝐇𝐚𝐧𝐊𝐧𝐨𝐰Donde viven las historias. Descúbrelo ahora